miércoles, 6 de julio de 2016

JUBILEOS DE VIDA RELIGIOSA NSA EN HAUTE GOULAINE !

Me gustaría presentar modestamente, el sentido de nuestra celebración y festejos.
Celebrar los Jubileos de Vida Religiosa, es alegrarse por el camino recorrido por nuestras Hermanas, y celebrar con ellas una acción de gracias a Dios. No se trata de gloriarse sino de dar gracias por el Dios de Jesucristo, a quien ellas entregaron toda su vida y quien las acompañó a lo largo de su camino, en el servicio de sus hermanos y hermanas.

Es así que en el año 1937, la Hermana Agnès Hegron, tuvo la alegría de ingresar con las Hermanas Nuestra Señora de los Apóstoles. Ella realizó su Primera Profesión Religiosa el 8 de marzo de 1941, durante la guerra.

A causa de algunos problemas de salud, ella permanece algunos años en Francia, y en 1946 es enviada a Líbano. Allí permanecerá 46 años. En el área de la docencia tiene a su cargo los niños con capacidades especiales, tanto físicas como psiquicas.
"Es un país al que quiero mucho", nos dice...y podemos comprender que así sea. Seguramente necesitó mucha paciencia, sabiduría y entrega...pero "el Reino de los cielos pertenece a los pequeños y a quienes se les parecen", dice Jesús.

Desde 1999, en Glénans, ella continúa prestando algunos servicios, sobre todo en costura.
Cómo no agradecer con vos, Hna. Agnès, por éstos 75 años de compromiso al servicio del Señor y de su Misión? Gracias por éste testimonio!

En cuanto a la Hermana Marcelle Bezie, cuando en el 2013 celebrábamos sus 100 años, ya fue la ocasión de una bella acción de gracias por tantos hermosos años que el Señor le brindó.
Ahora, al celebrar 75 años de votos, se nos permite renovar ésta acción de gracias por una vida misionera bien activa como enfermera: en 1941, Túnez; luego un año en Argelia, y más tarde, Costa de Marfil por un largo período de 35 años.
Sabemos que las enfermeras en Africa, no cuentan sus horas de trabajo y dan pruebas de un incansable don de sí mismas, tanto al servicio de los niños, como de los adultos.
"Estuve enfermo y viniste a visitarme...me curaste", nos  dice Jesús...

La misión continua luego en Pommiers (Francia) durante 17 años al servicio de tus Hermanas enfermas.
Con la Hermana Marcelle, damos gracias a Dios por toda la atención, los tratamientos a los enfermos, el tiempo, el amor, consagrados al servicio de los que sufren.

En 1967, la Hermana Magdeleine Rouliere, ingresa en las Hermanas Misioneras nsa.
Después de un noviciado caótico a causa de sus problemas de salud, pronuncia su Primera Profesión Religiosa el 8 de marzo de 1941.
Inmediatamente es enviada a Argelia. Fue la ocasión de descubrir un mundo nuevo, donde fraternizaban alegremente, sin grandes problemas, europeos, árabes, kabyles, judíos y mozabitas.

Luego de una año en el centro de salud de Argel, pasa 13 años en Constantinopla, donde asumirá diversas responsabilidades: enfermera auxiliar, secretaria administrativa en clínica quirúrgica y en la maternidad, lo que le permite compartir las alegrías y las penas de un pueblo heteróclito pero muy abierto.
Ella nos dice: "No hay palabras para contar la misión en el Maghreb. Se trata de compartir con los cristianos, con los musulmanes y con los judíos; se trata de obrar en la discreción, y de escuchar a unos y otros, tratando de responder a sus necesidades."

Luego de un servicio de 12 años en el Consejo General de la Congregación, en Lyon, donde encuentra a las Hermanas en la diversidad de la Misión, ella es enviada nuevamente a Argelia por 9 años. Ésta vez será la misión de Guelma, en Argel.
En 1976, ella regresa a Francia para organizar la comunidad de Glénans.

La Misión que más la marcó fue la de Argelia: una vida de fe silenciosa, en el encuentro de los hermanos y hermanas del Islam, y ellos, a su vez, respetan a las Hermanas en su fe.
Ella ama ese pueblo generos y acogedor, confiado y humilde.
Esta vida es la alegría de las comunidades de las Hermanas nsa ayer y hoy, por aquellas que continuan esa silenciosa Misión, pese a la violencia.
Damos gracias a Dios por éstos 75 bellos años de entrega, de proximidad a los enfermos, de humildes servicios a la Congregación, de fé silenciosa.

La Hna. Thérèse Monnier, hizo su Primera Profesión Religiosa el 8 de marzo de 1956, es decir, hace 60 años!
Desde 1956 a 1960 ella es enviada a Benín, allí realiza su misión como docente en la escuela primaria, y también en la Acción Católica, junto a los niños y jóvenes. 
En un ambiente fetichista, donde fácilmente todo puede transformarse en un ídolo: un árbol, una serpiente o cualquier otro objeto...ella trata de hacer descubrir al Dios de Jesucristo, al Dios Dueño y Señor de la natualeza.

Regresa a Francia en 1961 y es enviada a Canadá por cinco años para un servicio de animación misionera en las escuelas, liceos, pueblos y ciudades.
En 1967, Thérèse es enviada a Chad, donde permanecerá hasta el 2003. Fue un largo periódo, interrumpido algunas veces con una corta estadía en Francia para formación permanente, reposo, estudios, problemas de salud, o servicios breves.

En Chad, trabaja en la enseñanza, la catequesis, la visita a las aldeas y la animación de las comunidades cristianas de base.
Esta misión se vive en un contexto de pobreza de la mayor parte de la población y también, en medio de la guerra civil. Es una situación de inseguridad, de situaciones angustiantes. Pero las Hermanas se sienten protegidas por Dios: "No teman, Yo estoy con ustedes", nos dice Cristo... Thérèse cree y lo constata.
En el 2005, ella regresa definitivamente a Francia, donde brinda un servicio en la comunidad de Avenières, y en Ste. Foy, antes de ser enviada a la comunidad de Glénans.

Nos unimos a su acción de gracias, por la ayuda y el amor del Señor, por las maravillas realizadas a lo largo de éstos 60 años de vida religiosa y misionera!

Por todo ésto, es un tiempo para dar gracias: nuestra memoria puede jugarnos algunas malas pasadas, pero la memoira del corazón puede crecer, ésta memoria agradecida, contemplativa, recoge lo vivido en una historia sagrada, donde pueden mezclarse sombras y luces, pero para descubrir allí, la obra de Dios, las huellas de Dios junto a las nuestras.

Agradecimiento también a nuestras familias, crisoles de amor, de ternura, de valores humanos y cristianos, en cuyo seno nacieron y se desarrollaron nuestras vocaciones.

Arraigadas en ésta Alianza con Cristo, podemos escucharlo cuando nos dice: "Tengo algo para decirte: para vos, quién soy?"...y sabemos que Jesús frecuentemente repetía las palabras claves, resumen de su vida, de su misión, de sus enseñanzas y de su Reino. Ellas son: servicio, servidor; amor y don de su propia vida.
Celebramos ésto en la más bella acción de gracias, que es la Eucaristía.

            Hna. Michelle Mauras, nsa

Artículo traducido del boletín de las Hermana nsa en Francia: "France Horizon", nº 128.

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