lunes, 22 de agosto de 2016

LOS REFUGIADOS SIRIOS EN ZAHLE, LIBANO.

Entrevista realizada por la Hna. Josette Nasr con Monseñor Issam John Darwich, obispo de la Iglesia Greco Melquita de la diócesis de Zahlé.

Después de una misión realizada por el grupo de Animación misionera y ocho jóvenes que están en discernimiento de su vocación, entre cinco familias sirias desplazadas hacia Líbano, quisimos encontrarnos con Monseñor Issam John Darwich para entrevistarlo sobre el tema de los refugiados sirios que están en su diócesis Zahlé. 

Monseñor Issam comenzó a trabajar con los refugiados en el 2011. Formó un equipo de trabajo para ayudarlo en ésta misión y juntos fueron sobre el terreno. Una de las máximas colaboradoras es Raquel, una laica a quien también entrevistaremos. 

Hna. Josette: - Monseñor, podría hablarnos de su misión entre los refugiados sirios y cómo se contactó con ellos?

Monseñor: - Desde su llegada a la diócesis de Zahlé, los refugiados cristianos sirios  , se dirigieron al obispado greco católico y a Nuestra Señora de la Liberación, que está en el centro de Zahlé.
Me sentí llamado a recibirlos y a ayudarlos. Fue entonces que formé une equipo para ir a su encuentro. Es Raquel quien tiene a cargo la tarea de contactar a los refugiados. Ella podrá contarles su experiencia sobre el terreno.
En general, trabajamos con los niños cristianos y musulmanes para que aprendan el diálogo  y el respeto mutuo.

Hna. Josette: - ¿Qué tipo de ayuda ofrecen a los refugiados?

Monseñor: - Primero, comenzamos por los refugiados cristianos que viven en Zahlé. Como no querían vivir en carpas, buscamos, según el número de personas y sus posibilidades económicas, algunas casas donde puedan alojarse. Intentamos de inscribirlos en la ONU, pero debido a ciertas irregularidades, no lo logramos. Por eso, la diócesis asumió la acogida a todos los niveles: alimentación, salud, educación espiritual y otros...
Comenzamos nuestro trabajo con unas 800 familias. Señalamos que la ayuda era sobre todo de tipo humanitaria, tal que los alimentos, el alojamiento y los cuidados de salud en el hospital "Talchiha".
Luego, nuestra ayuda pasó a otro nivel, y nos comenzamos a ocupar de las mujeres y de los niños para ayudarlos a superar los momentos de sufrimiento y de violencia que vivieron en su país.

Luego ayudamos a los jóvenes a encontrar un trabajo, sobre todo a quienes tenían una profesión.
La última obra realizada, a propósito del "Año de la Misericordia", es al apertura de un restaurant que llamamos "La mesa de Juan el misericordioso", en honor al santo que vivió en el siglo V. Esta mesa recibe cada día, gratuitamente , entre 150 y 300 personas refugiadas sirias y también algunos libaneses lo necesitan.

Hna. Josette: - ¿De qué región provienen los refugiados?

Monseñor: - Los refugiados cristianos vienen de Damas, de Hasake y de Alepo. 

Hna. Josette: - ¿Quiénes forman el equipo de trabajo, y cómo financian las actividades?

Monseñor: - El equipo de trabajo está formado por las señoritas Raquel y Sana. Gracias a ellas se realiza todo el trabajo con los niños, las mujeres y las familias.
Cada día, compartimos nuestras actividades para poder responder al máximo de las necesidades. 
La diócesis participa del financiamiento de algunas de las actividades, a través de una cuenta especial reservada para los pobres, por ejemplo, es la diócesis que asume financieramente el proyecto de "La mesa de Juan el misericordioso". 
También contamos con amigos a través del mundo, que colaboran económicamente, y con la ayuda de algunas asociaciones locales.

Hna. Josette: - ¿Trabajan en colaboración con la Iglesia Greca Melquita de Damas?

Monseñor: - Más que una colaboración activa, hay más bien, un intercambio de información con los Patriarcas y los obispos de Damas, de Homs y de Alepo.

Hna. Josette: - ¿Qué dificultades y desafíos encuentra en su misión?

Monseñor: - A veces, no logramos cubrir financieramente una obra costosa. También ayudamos a los refugiados, a renovar su visa, sobre todo a quienes son más pobres. Tenemos la preocupación de responder a todas las necesidades, que a veces son complejas.

Hna. Josette: - ¿Qué mensaje desea dejarnos al final de ésta entrevista?

Monseñor: - Tengo dos puntos esenciales a subrayar: Primero; nosotros, en tanto que cristianos, que Iglesia, estamos invitados a ocuparnos de los refugiados sin excepción, tanto cristianos como musulmanes fueron bien recibidos en nuestro obispado.
Vemos en cada refugiado, sin excepción, la imagen de Jesucristo.
 En segundo lugar, la comunidad internacional y más especialment las iglesias en todo el mundo, deben ayudar a los refugiados para ayudar o mantener la presencia de cristianos en Oriente. la presencia de cristianos en Oriente es importante para los cristianos y también para los musulmanes. La diversidad de religiones, de ritos y de confesiones en Siria, como en los países árabes, es muy importante para la sociedad en su conjunto, porque de éste modo, nosotros, en tanto que cristianos, podemos ser como la levadura en la masa de nuestra sociedad y asi, podremos hacer realidad la Buena Noticia de la alegría, del amor y de la fraternidad en los pueblos de Líbano, de Siria y de Irak.
Hna. Josette: - Raquel me dijo lo siguiente sobre su misión entre las familias: 

Raquel: - En tanto que trabajadora social, hace cuatro años que trabajo en la Secretaría social de los refugiados, en el obispado. Mi objetivo es trabajar con las familias, de aliviar sus sufrimientos y de ayudarlas en sus dificultades. Este es mi rol en el obispado. 

En tanto que hija de la Iglesia, trabajo con amor y directamente con las familias, pues yo misma he conocido la guerra y el desplazamiento forzoso que ella obliga. No he buscado saber la confesión religiosa de tal o tal niño para ayudarlo, sólo he mirado al ser humano sufriente, que perdió todo a causa de la guerra en Siria, y a veces, también perdieron a seres queridos...Miro a la persona que necesita ayuda y sostén moral...

He trabajado sobre dos necesidades de la persona humana: no sólo lo referente a la alimentación y demás necesidades materiales, sino también, las necesidades en el área espiritual. 

Como actividades, por ejemplo, celebramos la fiesta del Dia de la Madre, y teníamos unas 100 mamás...madres que perdierons sus casas, sus maridos, sus hijos...

El obispado es también una ocasión para que algunas mujeres que habían sido vecinas en Siria, se pudiesen encontrar después de tanto tiempo, y compartir momentos fuertes de oración en retiros espirituales, las Misas, las vigilias de oración, etc.
El año pasado fuimos en peregrinación a San Charbel.

Muchas familias lo perdieron todo simplemente porque son cristianas y no quisieron negar su fe en Jesucristo.

Hna. Josette: - ¿Podrías decirme algunas de las dificultades que encontraste en tu trabajo con los niños?

Raquel: - Tengo una historia muy presente en mi memoria: Fadi, un niño que hasta ahora, odia los días jueves, porque la guerra comenzó ese día, delante de sus ojos, cuando él estaba jugando con su amigo. Este niño, permaneció durante dos meses, dibujando siempre lo que sucedió aquel día: él vió, del lado derecho de la calle, y a la izquierda, algunas personas que tiraban sobre los soldados; su padre estaba de un lado, y él del otro. El estaba obligado de pasar sobre los cadáveres para correr hacia su padre. Después de dos años de acompañamiento de éste niño, y gracias a Dios, él pudo sobreponerse a ése shock y pudo hacer su Primera Comunión. Actualmente, él participa en uno de los coros y vive profundamente su fe. 


                                                         Hna. Josette Nasr, nsa.

Artículo traducido del boletín de las Hnas. nsa de Líbano: "La voix des cèdres", Pentecostés 2016.





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