- Conocen bien a la persona que voy a entrevistar hoy: enfermera de profesión, decidió dedicar parte de su vida a la Misión. Acaba de regresar de Niger. Nacida en Madrid; pertenece a la Sociedad de Misiones Africanas (sma). Pilar Núñez, bienvenida.
- Muchas gracias. Buenos días.
- He dicho bien, Sociedad de Misiones Africanas?
- Sí, porque a veces nos llaman "Asociación", y en realidad es un Insitituto de vida apostólica en el que participamos laicos y sacerdotes.
- Pilar, acabas de regresar en septiembre, has pasado un año en Niger, pero has tenido otras experiencias misioneras previas. ¿Por qué decidiste dejar tu vida aquí en Madrid y descubrir la Misión?
- Bueno, supongo que como todos, tenemos una historia, así que no es una decisión de un día.
Desde joven he sido gente de parroquia. La sensibilidad por la Misión era lo que me llamaba la atención y en el 2001 conocí éste Instituto misionero y con ellos empecé a colaborar, y en el 2006 les pedí poder ir por un mes, durante el verano, en vacaciones, para conocer cómo trabajaban en Misión.
Es a raíz de aquel viaje, donde tuve la suerte de ir en Benín, y estar una semana en un dispensario, entonces al regreso me plantée: ¿Y por qué no? Es verdad que soy laica, y si bien en mi juventud reflexioné sobre la vocación religiosa, y en principio tengo una identidad laica muy marcada, les pregunté sobre la posibilidad de partir con ellos en Misión.
Entonces inicié un proceso de formación, entre ello, aprender francés, ya que aquí la mayoría aprendemos algo de inglés.
En el 2008 me fuí por un año a Benín. Estuve inserta en un proyecto de salud, concretamente en un hospital de la diócesis de Kandi, al norte del Benín, cerca de la frontera con Niger. Trabajaba en los pueblos de la región con un proyecto de Caritas que ya realizaba sensibilización en salud: ésto me sirvió para lo que después hice en Niger.
Regresé en el 2009 con la idea de volver a partir, porque en mi trabajo puedo pedir licencias de un año. Y bueno, mi padre se enfermó y ya me quedé aqui. Pero con el tiempo, anhelaba poder regresar. Y desde el 2015, un grupo de laicos y sacerdotes, nos reunimos en el Instituto para ver dónde podríamos insertarnos con un proyecto de una comunidad mixta. Y como en ese momento, el Niger era el desafío para el Instituto, entonces se vio la posibilidad de ir a Niger.
En el 2016 fuimos un mes a Niger. Porque vamos en comunidad, no eres una "free lance" que te lanzas a la aventura, porque somos cristianos en comunidad, y eso es lo que da sentido a todo ésto.
Entonces en el 2016 viajé con otra enfermera: Carmen, y con Lola, una ingeniera forestal, también laicas misioneras de la Sociedad de Misiones Africanas.
Fuimos a conocer Torodi, al sud oeste de Niger donde había posibilidad de insertarnos con un sacerdote de la SMA que ya está allí.
Durante ese verano, simplemente vimos la realidad, porque las tres ya teníamos experiencias previas en diferentes lugares de Misión. Y es verdad que Niger es distinto. Cuando lees las estadísticas, los informes, el índice de desarrollo humano, depende del año que mires, estamos últimos o penúltimos como país más pobre del mundo. Y en la realidad que nos ha tocado vivir, ésto se hace palpable en el día a día.
Después de ese viaje del año 2016, buscamos en qué podíamos trabajar, e iniciamos un proyecto muy sencillito que se prolongue en el tiempo, el cual consiste en senbilización e higiene y alimentación en los pueblos. Y en septiembre del 2017, cuando llegamos, los primeros meses los dedicamos a visitar los pueblos. Allí, ya había un proyecto de alfabetización de adultos, que tenía seis meses de existencia, y se daba en los distintos pueblos de la diócesis de Niamey, a la que pertenecemos.
Con ayuda del traductor que era el catequista y coordinador del proyecto, empezamos a visitar pueblos.
Después de algunos meses de estar visitando a la gente en sus casas, poblaciones, para empezar de alguna manera y no abarcar más de las posibilidades de nuestras fuerzas, que son limitadas, decidimos comenzar con cinco pueblos. Elegimos la salud, aunque queríamos abarcar a largo plazo el trabajo agricola ya que mejorar los campos y las técnicas de cultivo será lo que a largo plazo les mejore la alimentación y la salud. Vimos que una de las maneras de comenzar era, por ejemplo, buscar los modos para almacenar el agua, porque veíamos cosas tan curiosas...
- Es un choque muy fuerte, no solamente cultural, sino en todos los aspectos, verdad? Porque es retroceder muchos años atrás.
Actualmente, en la zona donde estamos, lo que ví en Atapuerca, es la realidad que vive la gente de los pueblos que visitamos, la única diferencia, es que a lo mejor a dos kilómetros tienen una bomba de agua para recoger agua potable. Pero si no, el sistema de vida agrícola, ganadero, tambíen nómade, porque hay poblaciones nómadas como los Peul, que son los pastores de la zona y van con sus vacas buscando zonas de pastoreo, todo es muy similar a lo que yo recuerdo que ví en Atapuerca.
Sí, es un choque en cuanto a los recursos con los que vive la población, y que incluso nosotras que ya habíamos estado en Benín, Guinea, Chad, o sea en distintos países, tuvimos que reciclarnos y aprender, porque había dinámicas sobre alimentos que nos hubiese gustado haber dado, pero no pudimos...
- Qué te ha enseñado la misión,Pilar?
- Qué me ha enseñado?...Que se puede vivir con mucho menos, que se puede ser agradecido, porque es verdad que una vez que regresas aquí aterrizas y te vuelen a bombardear los problemas que tenías. No te vas por huír de ellos, sino que te vas para dar un servicio. En principio, un servicio para el Reino de Dios, yo lo veo así. Un servicio al cual pones tu profesión...
- Por muy enfermera que seas, no fuiste a curar heridas, sino que fuiste para un trabajo mucho más allá de eso; por ejemplo, educar en esos valores de higiene... La fé cura, Pilar?
- Yo pienso que sí. Más que nada, cura el alma y acompaña. Por ejemplo, de lo que hicimos y seguirán haciendo mis compañeras, cuando regresen allí, no sé si a largo plazo podrá valer mucho o no. Pero desde luego, para ellos es valioso, porque cuando al visitar los pueblos les anuncias que regresas a tu país de "vacaciones", es decir, vienes a visitar a tu familia y recargar las pilas de otra manera, te dicen: -"Pero vas a volver?"
Y mira que es nuestro primer año allí. Y la gente, en el valor que les das, por el simple hecho de que cuentas con ellos, los anima, les da coraje, en realidad es algo más que animar, es dar las fuerzas para tirar hacia adelante, que valen, que no están olvidados de la mano de Dios, no están olvidados de todos, sino que valen, y esa presencia en terreno, creo que es lo que mayor valor tiene, más allá de lo que cada uno de nosotros haga desde lo que es: nuestro compañero sacerdote desde la labor pastoral más explícita que ellos hacen, desde la labor sanitaria que podemos hacer, creo que más que eso, el ser presencia y acompañar es lo que da muchas veces, el valor a la población con la que trabajas.
- Bueno, ya hemos dicho que el próximo domingo celebramos el Domund. Pilar, un mensaje corto, un consejo que darías a aquellos jóvenes que de alguna manera u otra tengan alguna inquietud misionera, ahora que estamos con el Sínodo de los jóvenes.
- Pues que si tienen inquietud misionera, que sigan buscando, que encontrarán su lugar, pero tienen que buscar. A veces es muy fácil, y en determinadas edades, por ejemplo en la adolescencia, una edad que todos hemos pasado, en que te bombardean y parece que si tienes éstas inquietudes, y lo digo en primera persona, eres medio raro, porque lo "normal" es no estar pensando en éstas cosas durante tu adolescencia. Pero lo principal es tener confianza en Dios. Y eso no significa que te va a venir una gran luz, al menos no ha sido mi caso, que te va a decir. "Tienes que hacer ésto", sino que es seguir buscando, tener tiempos de oración y meditar; y ser activo, porque no te van a venir las cosas dadas. Es como todo en la vida, como cuando buscas un trabajo para insertarte en el mundo laboral: buscar con qué Congregación, Instituto, o puede ser una ONG, no lo sé. Pero a esa inquietud que tienes, hay que darle salida, porque Dios te la ha dado para algo. Si no, no podrás ser feliz.
- Buscar para encontrar y escuchar, para descubrir la llamada que cada uno de nosotros tiene dentro.
Pilar Núñez es sólo un ejemplo de tantas personas que cada día acompañan a los más desfavorecidos, los que caminan al lado de hombres, mujeres y niños, como lo hacía Jesús. Al estilo de Jesús. Siendo servidores y mensajeros del Evangelio, como dice el Papa Francisco.
Pilar, muchas gracias por tu testimonio.
-Muchas gracias a ustedes.