martes, 13 de noviembre de 2018

FAMILIAS MISIONERAS: LA LLAMADA.

http://www.misionesafricanas.org/archivos/articulos/098%20marisa/pagina.htm

Como todos los días del Domund desde hace 12 años, este domingo 21 de octubre, hemos empezado el curso las familias de las Catequesis Misioneras. Este año bajo el lema del curso: “Hago nuevas todas las cosas, ¿no lo veis?”, y con el título de: “La llamada”.

 Empezamos con una pequeña presentación de la jornada del Domund, con el vídeo que ha preparado este año la OMP (Obras Misionales Pontificias) y en seguida el trabajo por grupos de pequeños, medianos, grandes y padres. Como hemos sido poquitos (hoy hemos rondado la treintena), algunos grupos han tenido que fusionarse y trabajar juntos, todos en el marco de una misma idea: “La llamada” y cómo esa llamada ha llegado a Brésillac, a la SMA España y a nosotros mismos.

 Tras el trabajo de grupos, la eucaristía compartida, en la que ha habido momentos para exponer lo trabajado en los distintos equipos, hablar por teléfono con San Pedro y San Marcos (Paco tiene una extensión corporativa para hablar con ellos; atienden muy rápido) y rezar por Luigi, por Isidro, Pepe y todos los misioneros que trabajan con los más olvidados.

Y como siempre al final, la comida, en la que cada uno pone a disposición de los demás lo que lleva, buen momento para compartir recetas, charlar con más calma de nuestras cosas y como en la multiplicación de los panes y los peces, comemos todos hasta saciarnos y recogemos las sobras en canastos (o tuppers)…

 Os animamos a todas las familias que podáis a compartir la próxima catequesis misionera el día 18 de noviembre, ya en la precampaña de Navidad, con el título: “La Encarnación”.

viernes, 9 de noviembre de 2018

ENTREVISTA A PILAR NÚÑEZ, MISIONERA LAICA EN NIGER, AFRICA



- Conocen bien a la persona que voy a entrevistar hoy: enfermera de profesión, decidió dedicar parte de su vida a la Misión. Acaba de regresar de Niger. Nacida en Madrid; pertenece a la Sociedad de Misiones Africanas (sma). Pilar Núñez, bienvenida.

- Muchas gracias. Buenos días.

- He dicho bien, Sociedad de Misiones Africanas?

- Sí, porque a veces nos llaman "Asociación", y en realidad es un Insitituto de vida apostólica en el que participamos laicos y sacerdotes.

- Pilar, acabas de regresar en septiembre, has pasado un año en Niger, pero has tenido otras experiencias misioneras previas. ¿Por qué decidiste dejar tu vida aquí en Madrid y descubrir la Misión?

- Bueno, supongo que como todos, tenemos una historia, así que no es una decisión de un día.
Desde joven he sido gente de parroquia. La sensibilidad por la Misión era lo que me llamaba la atención y en el 2001 conocí éste Instituto misionero y con ellos empecé a colaborar, y en el 2006 les pedí  poder ir por un mes, durante el verano, en vacaciones, para conocer cómo trabajaban en Misión.
Es a raíz de aquel viaje, donde tuve la suerte de ir en Benín, y estar una semana en un dispensario, entonces al regreso me plantée: ¿Y por qué no? Es verdad que soy laica, y si bien en mi juventud reflexioné sobre la vocación religiosa, y en principio tengo una identidad laica muy marcada, les pregunté sobre la posibilidad de partir con ellos en Misión.
Entonces inicié un proceso de formación, entre ello, aprender francés, ya que aquí la mayoría aprendemos algo de inglés.

En el 2008 me fuí por un año a Benín. Estuve inserta en un proyecto de salud, concretamente en un hospital de la diócesis de Kandi, al norte del Benín, cerca de la frontera con Niger. Trabajaba en los pueblos de la región con un proyecto de Caritas que ya realizaba sensibilización en salud: ésto me sirvió para lo que después hice en Niger.

Regresé en el 2009 con la idea de volver a partir, porque en mi trabajo puedo pedir licencias de un año. Y bueno, mi padre se enfermó y ya me quedé aqui. Pero con el tiempo, anhelaba poder regresar. Y desde el 2015, un grupo de laicos y sacerdotes, nos reunimos en el Instituto para ver dónde podríamos insertarnos con un proyecto de una comunidad mixta. Y como en ese momento, el Niger era el desafío para el Instituto, entonces se vio la posibilidad de ir a Niger. 

En el 2016 fuimos un mes a Niger. Porque vamos en comunidad, no eres una "free lance" que te lanzas a la aventura, porque somos cristianos en comunidad, y eso es lo que da sentido a todo ésto.
Entonces en el 2016 viajé con otra enfermera: Carmen, y con Lola, una ingeniera forestal, también laicas misioneras de la Sociedad de Misiones Africanas.
Fuimos a conocer Torodi, al sud oeste de Niger donde había posibilidad de insertarnos con un sacerdote de la SMA que ya está allí.
Durante ese verano, simplemente vimos la realidad, porque las tres ya teníamos experiencias previas en diferentes lugares de Misión. Y es verdad que Niger es distinto. Cuando lees las estadísticas, los informes, el índice de desarrollo humano, depende del año que mires, estamos últimos o penúltimos como país más pobre del mundo. Y en la realidad que nos ha tocado vivir, ésto se hace palpable en el día a día.

Después de ese viaje del año 2016, buscamos en qué podíamos trabajar, e iniciamos un proyecto muy sencillito que se prolongue en el tiempo, el cual consiste en senbilización e higiene y alimentación en los pueblos. Y en septiembre del 2017, cuando llegamos, los primeros meses los dedicamos a visitar los pueblos. Allí, ya había un proyecto de alfabetización de adultos, que tenía seis meses de existencia, y se daba en los distintos pueblos de la diócesis de Niamey, a la que pertenecemos.
Con ayuda del traductor que era el catequista y coordinador del proyecto, empezamos a visitar pueblos.
Después de algunos meses de estar visitando a la gente en sus casas, poblaciones, para empezar de alguna manera y no abarcar más de las posibilidades de nuestras fuerzas, que son limitadas, decidimos comenzar con cinco pueblos. Elegimos la salud, aunque queríamos abarcar a largo plazo el trabajo agricola ya que mejorar los campos y las técnicas de cultivo será lo que a largo plazo les mejore la alimentación y la salud. Vimos que una de las maneras de comenzar era, por ejemplo, buscar los modos para almacenar el agua, porque veíamos cosas tan curiosas...

- Es un choque muy fuerte, no solamente cultural, sino en todos los aspectos, verdad? Porque es retroceder muchos años atrás.

-Sí, mira, a modo de detalle, para quien haya visitado Atapuerca(https://es.wikipedia.org/wiki/Sitio_arqueol%C3%B3gico_de_Atapuerca  ), está el Centro de Interpretación, y allí se pueden ver unas chozas, que imitan el modo en que se vivía hace muchísimos años atrás.
Actualmente, en la zona donde estamos, lo que ví en Atapuerca, es la realidad que vive la gente de los pueblos que visitamos, la única diferencia, es que a lo mejor a dos kilómetros tienen una bomba de agua para recoger agua potable. Pero si no, el sistema de vida agrícola, ganadero, tambíen nómade, porque hay poblaciones nómadas como los Peul, que son los pastores de la zona y van con sus vacas  buscando zonas de pastoreo, todo es muy similar a lo que yo recuerdo que ví en Atapuerca.
Sí, es un choque en cuanto a los recursos con los que vive la población, y que incluso nosotras que ya habíamos estado en Benín, Guinea, Chad, o sea en distintos países, tuvimos que reciclarnos y aprender, porque había dinámicas sobre alimentos que nos hubiese gustado haber dado, pero no pudimos...

- Qué te ha enseñado la misión,Pilar?

- Qué me ha enseñado?...Que se puede vivir con mucho menos, que se puede ser agradecido, porque es verdad que   una vez que regresas aquí aterrizas y te vuelen a bombardear los problemas que tenías. No te vas por huír de ellos, sino que te vas para dar un servicio. En principio, un servicio para el Reino de Dios, yo lo veo así. Un servicio al cual pones tu profesión...

- Por muy enfermera que seas, no fuiste a curar heridas, sino que fuiste para un trabajo mucho más allá de eso; por ejemplo, educar en esos valores de higiene... La fé cura, Pilar?

- Yo pienso que sí. Más que nada, cura el alma y acompaña. Por ejemplo,  de lo que hicimos y seguirán haciendo mis compañeras, cuando regresen allí, no sé si a largo plazo podrá valer mucho o no. Pero desde luego, para ellos es valioso, porque cuando al visitar los pueblos les anuncias que regresas a tu país de "vacaciones", es decir, vienes a visitar a tu familia y recargar las pilas de otra manera, te dicen: -"Pero vas a volver?"
Y mira que es nuestro primer año allí. Y la gente, en el valor que les das, por el simple hecho de que cuentas con ellos, los anima, les da coraje, en realidad es algo más que animar, es dar las fuerzas para tirar hacia adelante, que valen, que no están olvidados de la mano de Dios, no están olvidados de todos, sino que valen, y esa presencia en terreno, creo que es lo que mayor valor tiene, más allá de lo que cada uno de nosotros haga desde lo que es: nuestro compañero sacerdote desde la labor pastoral más explícita que ellos hacen, desde la labor sanitaria que podemos hacer, creo que más que eso, el ser presencia y acompañar es lo que da muchas veces,  el valor a la población con la que trabajas.

- Bueno, ya hemos dicho que el próximo domingo celebramos el Domund. Pilar, un mensaje corto, un consejo que darías a aquellos jóvenes que de alguna manera u otra tengan alguna inquietud misionera, ahora que estamos con el Sínodo de los jóvenes. 

- Pues que si tienen inquietud misionera, que sigan buscando, que encontrarán su lugar, pero tienen que buscar. A veces es muy fácil, y en determinadas edades, por ejemplo en la adolescencia, una edad que todos hemos pasado, en que te bombardean y parece que si tienes  éstas inquietudes, y lo digo en primera persona, eres medio raro, porque lo "normal" es no estar pensando en éstas cosas durante tu adolescencia. Pero lo principal es tener confianza en Dios. Y eso no significa que te va a venir una gran luz, al menos no ha sido mi caso, que te va a decir. "Tienes que hacer ésto", sino que es seguir buscando, tener tiempos de oración y meditar; y ser activo, porque no te van a venir las cosas dadas. Es como todo en la vida, como cuando buscas un trabajo para insertarte en el mundo laboral: buscar con qué Congregación, Instituto, o puede ser una ONG, no lo sé. Pero a esa inquietud que tienes, hay que darle salida, porque Dios te la ha dado para algo. Si no, no podrás ser feliz. 

- Buscar para encontrar y escuchar, para descubrir la llamada que cada uno de nosotros tiene dentro.
Pilar Núñez es sólo un ejemplo de tantas personas que cada día acompañan a los más desfavorecidos, los que caminan al lado de hombres, mujeres y niños, como lo hacía Jesús. Al estilo de Jesús. Siendo servidores y mensajeros del Evangelio, como dice el Papa Francisco.  
Si quieren saber más sobre éste Domingo de las Misiones pueden entrar a la web www.misionmadrid.com
Pilar, muchas gracias por tu testimonio.

-Muchas gracias a ustedes.








jueves, 1 de noviembre de 2018

"YO TENDRIA QUE ESTAR EN ÁFRICA"


Lola Agúndez es ingeniera forestal y quiere volver a Níger, a África, donde hace unos días fue secuestrado un sacerdote misionero. Ella quiere servir a los pobres como misionera laica, quiere vivir con ellos el Evangelio, quiere ayudar a combatir la desnutrición y la pobreza aprovechando lo que ofrecen los árboles que estudia.

Sin embargo, durante unos 20 años, Lola estuvo muy lejos de Dios. Su retorno a la fe fue gradual, y empezó precisamente en África.
Dejó la iglesia en la adolescencia
"Mi familia era católica, tradicional, y fui a un colegio de religiosas francesas, primero en Valladolid y luego en Madrid", explica a ReL. Fue precisamente en el entorno del colegio, en la adolescencia, donde sufrió una experiencia muy mala con una persona "que me hizo romper con la Iglesia". "Me alejé del colegio, de la Iglesia, dejé de ir a misa, dejé de rezar, dejé todo contacto con la fe".

Vivió unos 20 años alejada de la vida cristiana. Se casó y luego se separó ("un matrimonio nulo", especifica). Y llegó con 35 años a Etiopía por razones profesionales, para realizar unas investigaciones como ingeniera forestal.

África: pobreza que hace pensar
"Etiopía fue mi primer gran contacto con la pobreza radical. Me impresionó el contraste con nuestro mundo, la injusticia de ese contraste. Me hacía pensar. Y luego estuve en Brasil, en Bahía, por turismo. Allí vi gente que por la mañana acudía a la iglesia católica y por las noches al candomblé y los cultos afrobrasileños. Eso me hizo pensar en la necesidad espiritual de las personas".

De vuelta a Madrid, en el año 2000, se encontraba a sí misma entrando en las iglesias cuando estaban abiertas y vacías. "Me sentaba allí, en un banco. Me estaba un buen rato. Miraba las imágenes: había una de María Auxiliadora que me gustaba. Estaba como a la espera".

A confesarse en la Almudena, por el Jubileo
Lola había explicado a su hermana algo de su nueva inquietud espiritual. Como se celebraba el Jubileo del Año 2000 su hermana la invitó a ir a la catedral de la Almudena a ganar el Jubileo. "Yo voy contigo", le dijo su hermana. "Allí te confiesas, das una limosna, rezas un poco, asistes a la misa, y ya está: ganas el Jubileo", le dijo ella. Así lo hizo y así fue su retorno a la Iglesia.

Pero no sabía como mantenerse en la vida cristiana. "Le expliqué a mi psicóloga que yo ahora quería volver a la Iglesia. Ella me dio la dirección de un templo y me dijo 'vete aquí y prueba a ver si te convence'. Llegué al lugar y había una misa con un sacerdote, con pocas personas, que se sentaban juntas. Era acogedor. Resultó que era el antiguo centro de la Renovación Carismática en Madrid, en la calle Fomento. Allí hice el Seminario de las Siete Semanas y luego me integré en Vino Nuevo, un grupo de oración de la Renovación. Así fui creciendo en la vida cristiana".

La llamada de África
Los amigos cristianos de Vino Nuevo organizaron una excursión a Huelva, para visitar a la comunidad Pueblo de Dios
"Y allí en Pueblo de Dios me decían: '¿eres maestra?' 'No, soy ingeniera forestal'. 'Pues podrías ser maestra, enseñar...' Y como hacía calor y había mosquitos decían, en broma: 'mira, te estás preparando para África'."
El caso es que Lola colaboraba ahora como voluntaria en la sede madrileña de Manos Unidas, la gran ONG de ayuda internacional de la Iglesia española. Lola era buena gestionando proyectos, moviendo papeles, arreglando los asuntos de despacho. "Un día se me cayó al suelo una foto: era una escuela de adultos en África. La vi y pensé: '¿qué hago en un despacho? Yo tendría que estar en África'".

Buscando por Internet, encontró a la Sociedad de Misiones Africanas (www.misionesafricanas.org). "Les envié un mail, me llamó por teléfono uno de sus superiores y me invitó a una entrevista. Les dije que como funcionaria podía pedir una excedencia, ir a África. Ya había dos laicas en misión, y empecé a conocerles, a formarme. Dos veranos me fui a África pidiendo vacaciones sin sueldo. Luego encontré la forma de hacer investigación forestal desde África, en Benín".

Acostumbrada a su grupo de oración carismática, la alegría y la expresividad que encontró en la Iglesia en África le resultaban de lo más natural. "El africano es muy expresivo, y creo que en los países de antigua colonización francesa más que en los anglófonos: son más libres en sus danzas en el ofertorio, la danza de acción de gracias en misa, etc..."

"Al principio, recién llegada a Benín en 2002, tenía algo de miedo a lo desconocido, pensaba en mi habitación en los sufrimientos que había “ahí fuera”. Pero luego me sentí siempre muy acompañada por la gente. Una vez el coche se tumbó en la cuneta de la carretera, en época de lluvias, en medio del bosque. De repente empezó a aparecer gente, me cambiaron las ruedas, me arreglaron el coche, la policía me ofrecía ayuda… Lo digo como ejemplo de que siempre me sentí acogida".

"Del árbol, como del cerdo, se aprovecha todo"
Como ingeniera forestal, en Benín llegó a una convicción: "allí el árbol es como el cerdo en España, que se come todo, las raíces, la corteza, las hojas, todo puede usarse..."

Formaba a las mujeres de comunidades muy pobres para que pusieran en marcha sus propias huertas. También dirigía algunas oraciones de las comunidades cristianas en lugares muy remotos.
Con la crisis económica de España, sus proyectos civiles forestales en Benín se acabaron. 
Ella pasó a Níger, país musulmán al 99%. "Somos un equipo: los sacerdotes y las laicas, que somos dos enfermeras, con temas de higiene y sanidad, y yo, que ayudo en temas de nutrición. ¡Las hojas de baobab son buenas para la salud y hasta se pueden comercializar! Existen métodos tradicionales que en muchos sitios se olvidaron y que pueden ayudar a los agricultores".

Sus colegas, musulmanes de entornos universitarios en Níger, la han acogido muy bien. "Enseguida me presentaron a su familia, su esposa, hijos... Los universitarios creo que tienen solo una esposa. Con todos pude hablar de temas de religión, de las cosas comunes y distintas. Una vez aplazaron una reunión para que yo pudiera acudir a la misa de domingo".

Un sacerdote amigo secuestrado: peligro en Níger
El pasado 17 de septiembre unos hombres armados secuestraron en Níger a Luigi Macalli, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas. 
La situación en el país se ha hecho peligrosa y tanto la Sociedad de Misiones Africanas como la Embajada de España han pedido con firmeza que Lola y sus compañeras misioneras laicas no vayan al país, por ahora.

"Los sacerdotes allí tienen muy claro que ellos no pueden abandonar al pueblo de Dios. El obispo de Níger les ha prohibido salir a los pueblos. Y, claro, ellos son evangelizadores, estar encerrados en una ciudad pequeña no les gusta. 

De Luigi nos dicen que está vivo y que la policía sabe donde está, pero va para largo, que son grupos armados salidos de otros conflictos, que le retendrán mucho hasta que la policía se olvide y lo venderán a otro grupo con capacidad de pedir rescates. Allí hay tráfico de humanos, armas y drogas, que va todo junto".