Claudia Pontel es una joven laica italiana compartiendo una experiencia misionera en Costa de Marfil (Africa del oeste), en una de nuestras comunidades.
"Compartir mi testimonio es siempre una alegrìa para mi porqué me permite dar a conocer las maravillas que el Señor hace en cada un@ de nostr@s.
Soy misionera laica de la diócesis de Gorizia (Italia) y desde 3 años vivo en Ferkessedougou, una pequeña ciudad en el norte de Costa de Marfil, en la misiòn de las Hermanas de Nuestra Senora de los Apóstoles, colaborando con ellas en algunas actividades existentes y otras que empezamos juntas.
Mi primer encuentro con las hermanas NSA, fue durante mi infancia, cuando el Centro Diocesano Misionero cada año invitava distintos misioneros durante el tiempo de cuaresma para la animaciòn en las parroquias.
Yo quedaba emocionada y facinada cuando escuchaba a estas hermanas tan jóvenes y valientes que habian dejado su país, la familia… para ir hacia tierras desconocidas a llevar el primer anuncio de Cristo, con sus obras de desarrollo y promociòn humana.
La decisión de dejar mi cómoda vida, mi familia, mi trabajo, las bellas amistades, para insertarme en una realidad para nada fácil y tan distinta de la mía, a lado de las hermanas, es sobretodo, debido a mi encuentro con Jesús...
Este encuentro tan decisivo, ha cambiado radicalmente mi existencia y me ha abierto los ojos sobre el mundo y sobre la necesidad de obrar por la costrucciòn del Reino de los Cielos en tierra.
“Gratuitamente han recibido, gratuitamente den” : frase que me hizo reflexionar mucho, mirando mi vida, tantas cosas lindas recibidas, empezando por el amor de Dios por cada uno de nosotros.
Compartir mi vida con aquellos que tienen hambre y sed de justicia, se hizo una necesidad para mí. Sentía que el Señor me llamaba a servirlo en los màs pequeños y olvidados por la sociedad, pero no por El.
Después de un largo camino de crecimiento humano, espiritual y profesional, he podido por fin, realizar éste deseo, gracias a mi diócesis de Gorizia, y al lazo desde mi infancia, con las hermanas misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles, llegando a la misiòn de Ferkessedougou. Empezaba asì una nueva aventura insertándome en las actividades de tipo social y educativo que las hermanas llevan adelante.
Comencé con algunas actividades en dos aldeas (villages): dos escuelas maternas (jardin de infantes), la formaciòn femenina, el control de la salud de los bebés, y además pude acompañar a muchos niñ@s sin padres a causa del AIDS-SIDA, y otros casos sociales que se presentan en la misiòn y que evaluamos juntas, las hermanas y yo.
Este ùltimo año, con Hna Annamaria, hemos podido ayudar a niñ@s discapacitad@s que necesitaban cirugías o tratamientos especiales que podia ofrecerle una notable mejoría en la calidad de vida.
Vivir en esta dimensión de servicio gratuito, cuidando de estos herman@s pequeñ@s e indefensos, me hace volver a algunos pasos de la Biblia , dondo se dice que Dios cuida a los pequeños, a los últimos y a las viudas.. y lo hace por medio de nosotr@s. Cada día El mantiene su promesa, cada día nos envía alguien para escuchar, ayudar, amar...
Creo que el amor de Dios pasa a través de nuestro testimonio de hombres y mujeres llamados a compartir los dones que hemos recibidos con nuestro hermanos y hermanas que, aùn viviendo a veces en condiciones éconòmicas muy dificiles y en situaciones de gran sufrimiento, nos transmiten y nos enseñan una magnífica riqueza humana.
Agradezco al Señor cada día por el llamado a este extraordinario servicio en su Iglesia, que aùn con dificuldades, me llena de gozo y de deseo de continuar en este camino que El me ha trazado."
Claudia Pontel
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