miércoles, 27 de octubre de 2010

Noticias del Padre Ceferino Cainelli desde Angola

Padre Ceferino Cainelli, es argentino, miembro de los sacerdotes de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA)

Queridos Amigos;


Con gran alegría les escribo deseando se encuentren todos bien. Después de mis vacaciones en Argentina, he vuelto a Angola a continuar el trabajo comenzado junto con mis hermanos de la SMA. Gracias a Dios continuamos a caminar en la esperanza y compartiendo con la gente el día a día. En este momento son cuatro las misiones acompañadas por la SMA. Dos en zona rural y dos en zona urbana.

Después de los largos años de guerra Angola, se va consolidando en el proceso de reconstrucción nacional, gracias a la paz y a la estabilidad que se ha logrado estos últimos años. El proceso de democratización es lento y las libertades individuales e institucionales no son todavía aquellas que muchos deseamos. Pero se va haciendo camino. Nuestro presidente está en el poder hace treinta años, y por el momento no se ve una nueva generación de líderes en el ámbito de la política.
Angola es un gran productor de petróleo. A pesar de esto el porcentaje de muertes en la edad de la infancia, es uno de los más elevados en África. Como en tantos países del mundo las riquezas, mal repartidas, solo llegan a una parte privilegiada.

Yo me encuentro siempre en Kicolo, Municipio de Cacuaco, en una zona periférica de la capital, Luanda. Estoy en la parroquia del “Buen Pastor”, junto a Renzo, Luigino y Angelo. Nuestra zona es una grande barriada, que en muchas partes se presentan en zonas de grandes favelas. Se calcula una población aproximada de 350.000 habitantes. Trabajan también en nuestra parroquia cinco comunidades de religiosas, dedicadas a la salud y la educación.

Los desafíos de nuestra misión son numerosos. Una de nuestras opciones ha sido trabajar en la educación. La parroquia tiene varias escuelas en los barrios, algunas mejor constituidas y organizadas que otras. La educación es una prioridad en Angola, la cual durante muchos años fue suspendida por causa de la guerra. Junto a las religiosas nuestras escuelas están formando 10.500 alumnos por año. Encontramos la dificultad de los profesores que no tienen una formación académica y pedagógica adecuada, y de las dificultades en saneamiento básico que viven la mayoría de los alumnos y que dificulta el aprendizaje.

El ochenta por ciento de nuestros barrios carecen de agua potable y electricidad. Es difícil organizar los servicios ya esta zona surgió como campos de refugiados en la época de la guerra, sin ningún tipo de planeamiento. Hoy siguen a llegar del interior del país muchas familias en busca de mejores condiciones, lo que no siempre encuentran. Otra de las grandes necesidades es en el ámbito de la salud. Nuestra zona no cuenta con ningún hospital público (ni privado) solo pequeños dispensarios y una maternidad provincial. Los “esfuerzos del gobierno” no llegan todavía. Sin duda son muchos los desafíos que se presentan, y muchas las esperanzas que anidan en el corazón de este pueblo.

Los signos de esperanza son numerosos. En el ámbito que yo me muevo especialmente, que es en medio de los jóvenes, se puede ver el gran deseo de estudiar, de formarse. Si bien hay una grande parte de la juventud que está desorientada y sin rumbo, víctimas de una ciudad que no tiene nombre para muchos, ni posibilidades de crecimiento. Después de tantos años de opresión es difícil para los jóvenes comprometerse en la cuestión social. Sin embargo hoy van viendo la realidad con otros ojos y eso ya va produciendo un cambio.

Seguiré compartiendo con ustedes algunas de las experiencias que van haciendo parte de mi vida y de la misión, que junto a mis hermanos de comunidad vivimos en esta tierra de Angola. No tenemos el poder de cambiar el mundo, pero sí de colaborar para que sea cada día mas humano. Mi deseo es que este compartir sea una manera de estar en comunión con este pueblo, esta gente.

El Buen Dios los bendiga a todos. Contamos siempre con sus oraciones.

Con cariño y amistad.
                                p. Ceferino Miguel Cainelli s.m.a
Paróquia Bom Pastor
Kicolo- C.P. 14748- Luanda
Angola- Africa






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