En el diccionario encontramos muchas definiciones de ésta palabra tan hermosa: ajuste, acuerdo, equilibrio, serenidad, paz; valores y cualidades de las que tenemos necesidades vitales y que están ausentes en tantas realidades de nuestro mundo de hoy.
Los medios de comunicación, la política,la cultura, los acontecimientos sociales y mundiales están allí, a todo instante, muchas veces, para desestabilizarnos y privarnos de nuestra armonía interior. Necesitamos mucho amor para mantener serenos y pasibles nuestro corazón y nuestro espíritu.
Sabemos muy bien dónde encontrar éste "ajuste": en el amor de los que amamos y que nos aman, pero sobre todo en nuestro Dios de ternura y de paz.
Leyendo los diversos testimonios de mis Hermanas, me maravillé al ver su capacidad de vivir una armonía de relación en situaciones que no favorecen para nada el entendimiento, el acuerdo y la paz, ya sea por problemas políticos, religiosos, situaciones de pobreza, o las epidemias y/o pandemias.
Escuché a Martín Steffens en un reportaje sobre su libro: "La vida en azul": " Si mientras un gran pianista ejecuta una melodía, de pronto aparece un niño que golpea bruscamente sobre el teclado, provocando disonancias, hay diversas soluciones: el pianista puede empujar al niño para alejarlo, o bien, lo abraza, e integra las notas disonantes para crear juntos una nueva música."
Me parece que ésto último es lo que hacen mis Hermanas: ellas crean una música nueva para mantener la armonía. Así, por ejemplo:
En Argelia, en una sociedad islamizada, la Hna. Liliana Parlanti, con la "Biblioteca Pedro Claverie", puede entrar y mantener el contacto con los niños, los estudiantes, las mujeres, aportándoles mayor cultura, una apertura y un compartir verdadero.
En Niger, país de mayoría musulmana, la Hna. Felicia Mwosu, sensibiliza a vivir la solidaridad desde la infancia.
En Mangara, los rechazados del SIDA, encuentran una familia, una comunidad de vida para "amar la vida como un regalo", con la ayuda de la Hna. Marta Agbedo, médica, y su equipo.
En el campo de refugiados de Gana, las Hnas. trabajan para encontrar la armonía y la paz, pese a tantas necesidades.
Nosotros que tenemos todo, pese al futuro incierto, tratemos de poner en nuestras vidas una armonía que ilumine, pacifique, que sea contagiosa y creadora.
Hna. Christiana Roussey (NSA Lyon) – En correspondance n° 37
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