Estamos en el aeropuerto para tomar el avión que nos llevará a Sierra Leona donde pasaremos algunos días.
Vamos a poner nuestros pies en las huellas de nuestro Fundador, Monseñor Melchior de Marion Brésillac, que murió en ese país, al poco tiempo de haber llegado para vivir la misión.
A modo ilustrativo, aquí van algunos párrafos de cartas de Monseñor de Brésillac:
"Freetown, 19 de mayo de 1859. Después de muchos inconvenientes, llegamos! Estimado Padre Planque, finalmente estamos en Sierra Leona(...) Desde el aspecto físico, el país no está nada mal, pero desde el aspecto moral, hay mucho desorden. 
El calor, en éste momento es abrumador, y eso, sumado al cansancio del viaje y a las incomodidades de estar amontonados en una pequeña casa donde apenas tenemos una habitación, desgastó mis energías, al punto de sentirme incapaz de hacer algo; apenas si puedo sostener la pluma para escribirle algunas palabras."
Este es un extracto de la carta escrita el 6 de junio de 1859:
"La mano de Dios pesaba sobre nosotros y parecía que quería aplastar todos nuestros planes. Sin embargo, me parecía que buscábamos su más grande gloria.
El padre Bresson, uno de los dos misioneros que me quedaban, falleció ayer, domingo en la octava de la Ascención, tres días después que el Padre Riocreux.
Éste último golpe podría tener las consecuencias más funestas, no solamente por la imposibilidad de llevar adelante lo planificado para Freetown y sus alrededores, sino también por el efecto negativo que ésto podría producir sobre los jóvenes aspirantes del seminario de Lyon."
Una carta escrita el 17 de junio:
"Sólo dos palabras en el intervalo de la fiebre, para informarle sobre nuestros infortunios.
El día de la Ascención, el Padre Riocreux iba al cielo; tres días después, el domingo, en la octava, lo seguía el Padre Bresson; ayer lunes de Pentecostés, el Hermano Gratien, también nos dejaba.
Así, de los seis que habíamos venido, sólo quedamos tres, abrumados por el dolor, la fatiga; y yo mismo, estoy consumido por la fiebre desde hace dos días. Si Dios desea que nuestra misión termine al mismo tiempo que comienza, que se haga su Santa voluntad. En todo caso, éste es un terrible golpe para nuestra obra, y los enemigos de nuestra santa fe, triunfan. No tengo más ánimo para seguir escribiendo.
Finalmente, el 18 de junio (Monseñor falleció el 25 de junio, es decir pocos días más tarde): "Pensar que sólo hace unos días atrás, éramos seis, y ahora sólo somos dos! También yo, casi muero; solamente hoy he podido dejar la cama, y no creo que mañana ya pueda celebrar Misa.Que se cumpla la santa voluntad de Dios!"
+M.MJ de Marion Brésillac, obispo de Prusia, vicario apostólico de Sierra Leona. 
Ustedes pueden fácilmente imaginar nuestro sentimiento al llegar a éste país, 157 años después de nuestro Fundador, y volviendo a leer las cartas que él escribió mientras estuvo aquí. Esta inmensa fé que le hace decir "que la voluntad de Dios se cumpla". Durante su vida, no verá florecer su obra, pero sus vidas entregadas, se transformaron en semillas, y en todo lugar donde trabajaron las Misiones Africanas, la cosecha es abundante.
Encontramos misioneros jóvenes y no tan jóvenes, todos llenos de entusiasmo por hacer crecer el Reino de Dios y poner al ser humano de pié.
Contrariamente a nuestro Fundador, comenzamos, sin tardar, la exploración del país, y el Padre Patrickson, estaba allí para recibirnos.
Habíamos pensado ir directamente a la playa donde desembarcó nuestro Fundador. Pero, para llegar a Freetown y la parroquia vecina donde vive la comunidad de la sma, hay que recorrer más de cien kilómetros. Un brazo de mar separa el aeropuerto de la capital,y  a menos que se tome el ferry, la ruta rodea ésta inmensa laguna. 
Dejamos la Casa Regional sma de Liberia a las 9 hs., para llegar al aeropuerto a las 11:30 hs, hora del checking y luego, después de 45 minutos de vuelo, estábamos en Sierra Leona. y llegamos a la misión, cuando caía la noche, alrededor de las 18:45 hs.
El avión acorta las distancias rápidamente, pero antes y después, teníamos un largo viaje...
Finalmente, llegamos a la comunidad, sólo estaba el Padre Patrickson, los dos otros sacerdotes estaban en una conferencia. 
Parece que es una pequeña misión, pero no estaremos todos amontonados en una sola habitación, como fue el caso de nuestro Fundador, en su tiempo. Yo voy a compartir la habitación con Joseph, mi compañero de ruta. 
Tampoco aquí hay electricidad, el panel solar prevee de energía a la misión, una débil lámpara, apenas ilumina la habitación y no logro cargar la batería de mi computadora.
Patrickson y Joseph tuvieron que ausentarse para ayudar a un colega. Yo prefiero permanecer en la casa y poner por escrito los descubrimientos de ésta jornada. 
Una larga ruta serpenteante a través de una vegetación relativamente pobre, que nos hace pensar que estamos en la savana con algunos árboles dispersos, el bosque desapareció, la madera fue exportada y pese a los seis meses de lluvia, es necesario cavar muy profundo para encontrar agua potable.
En el avión, no nos dieron la comida que estaba prevista. Patrickson nos llevó a un restaurant del aeropuerto y comimos un riquísimo pescado asado, arroz y una buena cerveza todo por la astronómica suma de 92000 leone! (No hay ni un cero de más, esa es la suma exacta pagada con billetes de 10000 leone. Hay que decir que la moneda local no está sostenida por ninguna moneda fuerte. )
Mientras estábamos de camino, vimos una larga fila de vagones, son los chinos que explotan las minas de hierro, de una manera discreta. Ellos, literalmente, chupan la sangre de Africa, brindando a cambio una pequeña ayuda con las rutas. Cuánto tiempo durará ese saqueo que reemplazó el de la antigua colonia? Cuándo podrá, Africa liberarse de esos pequeños jefes que venden su país para enriquecerse personalmente en detrimento del pueblo? Me da mucha pena por éstos países con grandes recursos humanos y grandes potencias que son demolidos a causa del egoísmo de algunos, con el apoyo de organismos internacionales.
He aquí que estamos, entonces, en el país donde comenzó la misión de nuestro Fundador, pero que terminó rápidamente. 
La S.M.A. había abandonado éste país, pero después de algunos años, un equipo fue recibido para asegurar una presencia activa. 
Los padres jugaron un rol importante en la lucha contra el Ébola. 
Escuchamos testimonios muy conmovedores de parte de nuestros hermanos sma en Sierra Leona, que son solamente tres: Patrickson, originario de la India; David, de Gana y Valery, de Togo.
Patrickson y Valery estaban presentes cuando empezó la epidemia. 
Patrickson decidió permanecer con la población; él tuvo una fuerte crisis de malaria que hizo pensar en lo peor... La gente del lugar lo llamó el "Padre Ébola". 
En cuanto a Valery, los responsables del Instituto, le pidieron que salga del país, pero él no aceptó diciendo: "Cómo podría yo volver en éste país después del virus, con todas las muertes causadas por él, y anunciarles:`Jesús los ama, y está con ustedes´?". Él quiso testimoniarlo con su presencia- Y dice que si hoy está vivo, es porque Dios lo protegió. en efecto, él ayudaba a los enfermos y los llevaba al hospital en su auto. Pero en el hospital, nadie quería acercarse ni tocar sus papeles, así que tenían que mostrarlos a una distancia prudente, a pesar de que el personal estaba provisto de ropa protectora, botas, guantes y máscaras. Ellos, que llevaban los enfermos y los higienizaban, sólo tenían un mínimo de protección.
Para ellos, es un milagro haber escapado de las garras de la muerte. Sabiendo que barrios enteros estaban aislados a causa del Ébola, fueron al encuentro de esa gente para llevarles agua, pero vieron que también necesitaban alimentos. Entonces tomaron su indemnización mensual para comprarles alimentos y ayudarlos a sobrevivir.  
No vemos ninguna huella del Ébola, en efecto, no deja ninguna ruina, pero sin duda mata más que las bombas, porque impide dar a los muertos el tradicional ritual de entierro. Por eso, muchos escondieron a sus muertos para enterrarlos ellos mismos, y así, cayeron víctimas del Ébola. 
Entonces, fue necesario hacer toda una campaña de sensibilización en la comunidad cristiana, para que sigan las directivas de protección. 
Cuando había un muerto en una casa, ésta era puesta en cuarentena con todos sus habitantes, durante 21 días y como no tenían reservas de alimentos, estaban tentados de escaparse para buscar algo para comer. Fue necesario organizar la comunidad para que lleve alimentos a esas personas. 
Nuestra breve estadía en Sierra Leona, va bien. No pude enviar antes éste diario de a bordo por los problemas de conexión a internet. No sé si lograré enviarles éste mensaje.
                                                                                                    Gérard Sagnol, sma
 
 
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