A comienzos del nuevo año pastoral, con el nuevo Consejo Parroquial de Orán (compuesto por el cura párroco y representantes de cada grupo de la parroquia), comprendimos que en realidad, no es fácil construir la comunidad parroquial, a pesar de las buenas voluntades.
Antes que todo, procedemos de culturas y de horizontes diferentes. Nuestros carismas y visión eclesial (sobre todo, entre los religiosos y religiosas) son variados. Y la parroquia no puede reducirse, solamente a los servicios que siempre se ofrecen o que le piden. Tampoco se puede reducir a las imágenes que algunos se hacen de ella. Por eso, juzgamos pertinente analizar todos juntos, "por qué estamos juntos" ya que no nos elegimos? y también fijamos juntos algunas líneas de la misión que el Señor nos confía en la iglesia de Orán. Todo ésto es lo que llamamos "el proyecto pastoral".
Y si hay una imagen que puede definir muy bien el Proyecto Pastoral de nuestra comunidad cristiana de Orán, es la familia con sus desafíos y sus gracias. En efecto, "la presencia del Señor se manifiesta en la familia real y concreta, con todos sus sufrimientos y sus luchas, sus alegrías y esfuerzos cotidianos... La espiritualidad del amor familiar está contituída de cientos de gestos reales y concretos. En la variedad de dones y de encuentros que hacen madurar la comunión, Dios establece su morada." Así dice el Papa en su exhortación apostólica "La alegría del amor", nº 315, publicada éste año como conclusión del Sínodo sobre la Familia, en el que nuestro obispo tomó parte activa.
Como en toda familia humana, nuestra parroquia engendra, a través de los Sacramentos. Y como toda familia humana, nuestra parroquia es invitada a asumir la responsabilidad de alimentar a sus hijos, a través de la Eucaristía y de la Palabra de Dios.
Como en toda familia humana, nuestra parroquia es constantemente provocada a crear un clima de unidad y de comunión entre sus miembros y vecinos.
Y como en toda familia, estamos llamados a hacer de los más frágiles y de los más heridos por la vida, nuestra prioridad.
Por eso, para éste año proponemos cuatro orientaciones, para ayudar a nuestra comunidad de Orán, a asumir su propia identidad, que al mismo tiempo es un desafío.: "Ser iglesia familia", tratando de recoger lo que ya existe y suscitando, si es necesario, cosas nuevas:
- Ser una familia que profundiza y comparte la Palabra de Dios: continuando, por ejemplo, con el grupo bíblico, o leyendo en pequeños grupos el evangelio según San Mateo, o participando de "Jueves, yo profundizo", que es un espacio para profundizar sobre ciertos temas más "conflictivos" de nuestra fe cristiana.
- Ser una familia que da el gusto por los Sacramentos: continuando con la celebración de la Eucaristía cada semana, y poniendo en marcha un equipo litúrgico; reflexionando sobre la inculturación de nuestras celebraciones; armando un grupo de oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas; reflexionando sobre las diversas realidades del matrimonio.
- Ser una familia que testimonie la comunión fraterna: animando la colaboración sacerdote-laicos y la inserción de nuestra comunidad en la sociedad argelina; conservando preciosamente nuestra identidad ecuménica y, a la vez, tratar de estar en comunión con la iglesia universal; tomar iniciativas y suscitar puentes entre los extranjeros y los argelinos, y entre los cristianos y musulmanes.
- Ser una familia que se movilice para el servicio a los más frágiles: continuar el acompañamiento de los más frágiles ( migrantes, prisioneros, gente en duelo, los niños en situación de riesgo); creando un servicio de escucha para quienes viven situaciones difíciles; movilizando aún más, nuestra comunidad en acciones caritativas; colocando placas identificadoras en las tumbas de los migrantes fallecidos.
Sí, con el Señor, el amor en familia puede encontrar dificultades, pero siempre se renueva.
Por el Consejo Parroquial de Orán,
Modeste Niyibizi.
Artículo traducido del boletín "Le Lien", nº 403, noviembre-diciembre 2016 de la diócesis de Orán, Argelia
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