miércoles, 7 de marzo de 2018

CRISTIANOS DE ARGELIA: EL RETO DE LA UNIDAD PARA SEGUIR SIENDOLO.



Entrevista a la Hermana Sandra Catapano (de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles), que desde hace muchos años vive la realidad del país musulmán, donde los creyentes en Cristo representan el 1% de la población: «la Iglesia católica es una casa para todos».

¿Cómo viven la unidad los cristianos de Argelia, que representan aproximadamente el 1% de la población en un país de mayoría musulmana? La semana de oración por la unidad de los cristianos exigua minoría dentro del Estado más grande del continente africano.

«En la tierra de San Agustín, en el Siglo III, la cristiandad era floreciente -nos explica la Hermana Sandra Catapano, y que vive en la ciudad de Orán,- pero después de diversas colonizaciones islámicas sobrevivió sólo gracias a la transmisión de la fe de generación en generación. En el siglo pasado, además, sufrió dos pérdidas: la primera, la salida del país de un importante número de fieles franceses, que regresaron a su patria tras la independencia de Argelia en 1962; luego, la privación de muchas propiedades y actividades. Ahora, es una presencia humilde, que socialmente agrada a muchos y es oficialmente tolerada».

Pero, inesperadamente, es la inmigración lo que da vida al cristianismo en Argelia. Hace seis años, la llegada de numerosos cristianos provenientes de otros países del África subsahariana, estudiantes y emigrantes por motivos de trabajo, constituyó una realidad que ha interrogado y estimulado a la comunidad de Orán y que alimenta el deseo de conocimiento y participación entre las diversas confesiones: «Nuestra parroquia, la catedral de Santa María, ha abierto las puertas a cientos de fieles de la iglesia evangélica y pentecostal, de la protestante, a los egipcios copto-ortodoxos y copto-católicos, a miles de inmigrantes trabajadores asiáticos, que necesitan tanto un lugar de culto autorizado como responsables “in loco”. De este modo nos encontramos acogiendo en nuestra iglesia, tras las celebraciones, diferentes grupos de oración. Durante las grandes fiestas además, todos permanecen en el centro dedicado a nuestro obispo emérito, monseñor Pierre Claverie asesinado en 1996, para compartir en fraternidad una comida festiva preparada cada día por uno de los diferentes grupos.
Con algunos responsables de las comunidades étnicas luego, apoyamos al párroco en la visita a los inmigrantes hospitalizados. También han sido numerosos los nacimientos durante los últimos meses y las solicitudes de padres, incluso pertenecientes a otras confesiones cristianas, de suministrar el bautismo a los recién nacidos. 
También el consejo pastoral diocesano es ecuménico, con veinticinco miembros, entre los cuales cinco son responsables de otras confesiones religiosas, todas ellas que participan en la vida del único lugar cristiano disponible, la parroquia de Santa María. Entre ellos, se encuentran también algunos jóvenes, como Tiaret: «La última vez –recuerda la hermana Sandra- nos habló de su alegría cuando había visto nacer un grupo de oración entre los jóvenes protestantes. Los jóvenes de nuestra comunidad participan en su oración y los protestantes comparten con nuestros jóvenes la Eucaristía de los viernes; lo mismo sucede en la ciudad de Tlemcén. No es raro que nos digan: “¡la Iglesia católica, aquí en tierra argelina, es nuestra familia, es el lugar de nuestra integración!”»

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