Las vacaciones son uno de los pocos momentos del año que nos permiten dedicarnos en cuerpo y alma a una lectura que nos aísle y nos traslade a tiempos, espacios y reflexiones inusitadas. Quizá la literatura de viajes no llegue a cumplir del todo esta función, pues el relato se construye casi siempre en base al otro, a una diferencia a la que estamos más que acostumbrados...Las vacaciones son uno de los pocos momentos del año que nos permiten dedicarnos en cuerpo y alma a una lectura que nos aísle y nos traslade a tiempos, espacios y reflexiones inusitadas. Quizá la literatura de viajes no llegue a cumplir del todo esta función, pues el relato se construye casi siempre en base al otro, a una diferencia a la que estamos más que acostumbrados.
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