lunes, 29 de junio de 2015

LA PASCUA DE UN MISIONERO


Italia 24/1/1946-Abidjan 6/3/2015. Sacerdote durante 16 años en el Instituto Nacional de la Lepra Raúl Follereau de Adzopé (Costa de Marfil).

El misionero, enviado por Jesús, permaneciendo cerca de su Maestro logrará recorrer el mismo camino tras sus huellas. Así, el padre Francesco durante su vida terrena, se dejó habitar por el Espíritu Santo, que lo eligió, lo modeló, y lo consagró para la misión, de un modo particular, para la misión entre los más pobres.

El Padre Franceso, fue padre de todos, y a lo largo de su vida terrena hizo una elección preferencial por los más débiles, los abandonados, los más pequeños. "El viento sopla donde quiere, lo escuchas, pero no sabes de dónde viene ni dónde va; lo mismo sucede con los que nacen del Espíritu." (Juan 3,8)

El Padre Francesco, llegó desde lejos y se hizo uno de nosotros, integrando la vida de las personas hacia las cuales fue enviadas, luego, en el momento pre establecido, se fue, sustrayéndose a la vista de las personas que lo amaban y querían que permaneciese aún con ellas. Quiso Dios llamarlo para estar a su lado, más allá de todos los pronósticos humanos. La celebración de su Pascua, la celebración de su pasaje de éste mundo al Padre -en la simplicidad, a la imagen del hombre de Dios- fue cargada de emoción y significado.

La capilla del leprosario de Adzopé estaba llena de gente: junto al Superior Regional de los misioneros de la sma y numerosos sacerdotes sma, también celebraron dos obispos, el de San Pedro y el de Agboville, un número impresionante de sacerdotes, religiosas, cristianos y no cristianos, sus amigos predilectos venidos de la aldea de Duquesne Cremone y del Instituto Raúl Follereau. 

A través de éstas personas es toda Costa de Marfil que rindió homenaje al hombre de Dios. Un hombre discreto que atrajo a tanta gente el día de sus funerales! Bastaba ver la acogida respetuosa de personas de diversas edades, cuando llegó su cuerpo en el féretro. Todo nos mostraba cuánto significaba el Padre Francesco en la vida de cada uno de ellos. 

Padre Francesco, para quienes te hemos conocido y para todas aquellas personas que Dios puso en tu camino, no estás muerto, has entrado en la plenitud de la vida. Tu vida fue y permanecerá con éste mensaje: "Quien quiera seguir a Cristo y anunciarlo, no debe ponerse en el centro. Como Jesús, debe despojarse de sí mismo y entregar toda su vida para hacer conocer y amar a Jesucristo, y a El solo, buscando a manifestar el corazón misericordioso de Dios, y sirviendo particularmente a los más pobres, los pequeños, los abandonados..." 

Tú permanecerás siempre vivo en nuestros corazones, los recuerdos que conservamos de los momentos compartidos, permanecerán grabados en nuestras mentes.

Padre Francesco, fuiste una persona generosa, que amaba dar placer a los otros. Eres el padre de los pobres, de los enfermos, de los pequeños, a quienes amaste hasta el último momento de tu vida.

Para las diversas generaciones de las novicias de las Hermanas nsa, no sólo fuiste un Formador, sino sobre todo, un padre. Viviste la colaboración sma-nsa en el verdadero sentido de la palabra.

Gracias, padre, por la entrega generosa de tu vida hasta el último momento. Tú nos mostraste el camino, nos diste un buen ejemplo a seguir.

Señor Jesús, que el ejemplo de la vida del Padre Francesco sea semilla de vocaciones misioneras y religiosas para ésta tierra de Costa de Marfil y de toda África, tierra que él tanto amó. 


                                 Hermana Françoise Gueu Zro, nsa

Traducido de la revista "Regina Apostolorum" de las Hermanas nsa de Italia, marzo 2015.

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