lunes, 1 de junio de 2015

TESTIMONIO MISIONERO DE LA HNA. ANN CAHILL, NSA DE IRLANDA

En la escuela primaria de Bartlemy, Rathcormac, Cork, había escuchado las historias sobre la difícil situación de los africanos de EEUU, y la lucha por sus derechos conducida Martin Luther King. 
Ya en ese entonces, 1950, ya estaba ahorrando mis moneditas para Africa!! Uno de mis sueños era ir para ayudar a los más necesitados en Africa. 
Como era buena en matemáticas, también soñaba con ayudar a quienes tenían problemas en comprenderla. 
Pero en el secundario, apareció otro sueño: me enamoré de Dios! o más bien, el amor de Dios se transformó en una experiencia "abrumadora". Había sido seducida por el amor de Dios, y al igual que todas las personas enamoradas, me sentía "caminar en las nubes"!

En el colegio secundario de las Hnas. nsa en Cork, me sentí impresionada e inspirada por la evidente alegría y dedicación de las Hermanas, así que decidí unirme a ellas en 1960 con el objetivo de ser, yo también, una Hermana Misionera para Africa!!

El primer envío en misión, fue a Kaduna, en Nigeria, como profesora en un colegio secundario.
Me sentía privilegiada de formar parte de un proyecto que buscaba optimizar la vida de las mujeres africanas. 
Muchas de mis alumnas provenientes del norte de Nigeria, tanto cristianas como musulmanas, fueron las primeras de sus respectivos grupos étnicos en completar los estudios secundarios, terciarios y más tarde, también universitarios, volviéndose así, líderes en distintas áreas. educación, leyes, medicina, arquitectura, ciencias, etc.

Desde 1987 a 1994, trabajé en Sudán.  Fue una experiencia distinta. Vivíamos y trabajé en un campamento donde miles de desplazados venían a buscar refugio de la guerra que devastaba el sur de Sudán. Muchos venían de Darfur, en el oeste. Me gustó muchísimo esa misión, aunque a veces me sentía algo frustrada, fue una misión muy desafiante y confortadora. 

Nuestra manera de ser iglesia, era a través de pequeñas comunidades cristianas. Participar en las reuniones de éstos pequeños grupos, me permitió escuchar y conocer las historias de ésta gente que había perdido todos sus bienes. Yo estaba impresionada de la profundidad de su fe, y cómo trataban de sobrevivir a pesar de que estaban privados de los derechos humanos más básicos. No poseían nada, sin embargo eran felices y cuidaban unos de otros. Qué mensaje tan fuerte para el resto de la sociedad!

En 1994 regresé a Irlanda, para cuidar a mi madre. Después que mi madre partió junto a Dios, me preparé para una nueva misión, ésta vez, en Mwamapalala, en Tanzania, donde estoy actualmente.
Soy feliz, compartiendo la vida misionera con mis dos Hermanas nsa: Emmanuella y Catherine, ambas de Nigeria. 



Traducido del "E-Newsletter" de las Hnas. nsa de Irlanda, abril 2015.

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