Ya hace muchos años que se habla de "ecología" y de "protección de los animales en vías de extinción". Escuchamos las noticias de Green Peace o de WWF. Escuchamos también los comentarios sobre el agujero en la capa de ozono y el derretimiento de los glaciares... La agravación de la crisis ecológica debido a la civilización industrial y la agresividad de la humanidad desafía a los creyentes.
Mientras aumenta la sensibilidad por ésta problemática en la sociedad civil, cabe preguntarse cuál es el rol de la iglesia y de cada uno de los creyentes en particular..."Cuando más crece el poder del ser humano, más se extiende y ensancha su responsabilidad", escribía el Papa Juan Pablo II. "Entonces, ¿cómo permanecer indiferentes ante la perspectiva de una creciente crisis ecológica que está volviendo inhóspita varias áreas del planeta?"
LA COMPRENSIÓN DEL TEMA
En realidad, la iglesia no ha permanecido indiferente ante ésta situación. Ella intervino a través de diferentes documentos del magisterio. El objetivo era de formar en el creyente una conciencia y sensibilidad nuevas hacia la creación y reaccionar ante la destrucción ecológica, que se volvió un problema ético: citamos por ejemplo, el Catecismo de la Iglesia Católica nº 337-349, o el mensaje por la Jornada de la Paz.
Se realizaron diversas cosas, aún a nivel ecuménico, con la participación de otras iglesias cristianas: De Basilea (1989) a Graz (1997), y la Carta Ecuménica (2001), se puede afirmar que la iglesia es consciente de su responsabilidad frente a la Creación, que debe constituir una dimensión esencial de la propia vida.
¿Qué se decidió en éstos encuentros ecuménicos? Se decidió que para la protección y defensa del medio ambiente es necesario "pensar globalmente y actuar localmente."
La iglesia debe, sobretodo educar a una lectura crítica del territorio, a través de:
- Una lectura local (relación entre sobre edificación y espacios verdes en las zonas habitadas; existencia de parques y de protección de especies animales y de plantas; agricultura ecológica; presencia de fábricas y/o centros energéticos contaminantes o de riesgo; basurales y vertederos; servicios públicos y transporte; uso de elementos contaminantes: detergentes, pesticidas, electrodomésticos, automóviles)
- Pero también es necesario un análisis crítico a nivel mundial: uso indiscriminado de las materias primas; contaminación de los océanos, agotamiento del suelo; desertificación y daño de la vegetación; agotamiento del ozono; el cambio climático; el efecto invernadero; la manipulación genética, etc.
LA RESPUESTA DE LA IGLESIA
Ante éstos problemas la Iglesia tiene una respuesta que es parte de su tesoro: la Palabra de Dios.
En el artículo primero de la profesión de fe cristiana leemos: "Creo en Dios, Padre Omnipotente, creador del cielo y de la tierra". La iglesia debe educar en la fe al Dios Creador. Creer en el Creador y vivir como sus creaturas significa entonces:
- Orientar nuestra mirada hacia la Trinidad de Amor como principio único de todo lo creado.
- Reconocer que somos "creaturas creadoras", llamadas a trabajar y a custodiar activamente la creación.
- Permanecer atentos a la dignidad de cada creatura.
- Asombrarse con la plenitud, la belleza, la alteridad de cada creatura.
Así, a la luz de la Palabra de Dios, se elaboran diversos puntos de una Ética Ecológica, para ser propuesta a cada cristiano:
- Pasar de la lógica del "ser humano como señor del universo" a la lógica del "ser humano como custodio de la creación"
- "Una ecología como nueva alianza" que el ser humano establezca con su hábitat, modelo cultural capaz de desarrollar la actitud necesaria para convivir con la naturaleza, junto a todos los otros seres, en una nueva relación de profunda fraternidad.
- "La centralidad y dignidad de la persona" y la defensa de los derechos de todos los países y de todos los continentes a tener un medio ambiente y alimentos seguros, saludables y ecológicamente sanos; como así también, tener el agua necesaria para el propio bienestar.
- "La libertad ejercida con responsabilidad" social y ecológica.
- "La elección preferencial por los pobres" y el empeño por un modelo de desarrollo en favor de las futuras generaciones y de los países empobrecidos del sur del mundo, que deben ser defendidos y liberados de la opresión de los países ricos.
- "La destinación universal de los bienes" y la lucha contra la pobreza y sus causas, principal base de la degradación ambiental. Promover el principio de "desarrollo sostenible".
- "El mandamiento del amor por los enemigos" y el empeño contra todas las guerras y violencias que destruyen vidas humanas y dañan la tierra, cosechas, vegetación y contaminan el agua.
- "La construcción del bien común" y la superación del modelo de vida basado en el consumismo, optando a favor de la sobriedad.
De ésta Ética Ecológica surge un estilo de vida ecológico bidimensional que comprende:
A) La formación
- La promoción de la salvaguarda de la creación como parte integrante de la vida de la iglesia y de cada cristiano.
- Debería promoverse con compromisos concretos, la formación de las conciencias a través del anuncio de la Palabra de Dios, y de los itinerarios catequísticos de educación a la fe. Los agentes pastorales deberían ser los promotores.
B) Compromisos
- Celebrar la Jornada de la Salvaguarda de la Creación el 1º de setiembre.
- Tener un amplio y detallado conocimiento del propio territorio diocesano, en referencia a la temática ambiental.
- Incluír la temática ambiental en los programas de formación de los agentes pastorales, catequistas, maestros de religión, etc.
- Proponer modelos de comportamiento ecológico significativos: bioarquitectura, energía solar, educación y experimentación de una alimentación sana (productos biológicos, comercio justo y solidario, etc); educación doméstica (uso cuidadoso y responsable del agua, de la energía, de los electrodomésticos, de los detergentes, de los automóviles, etc)
- Participación y colaboración con quienes trabajan para solucionar los grandes problemas ecológicos del propio territorio y de los problemas internacionales.
Traducido de la revista "Regina Apostolorum" de las Hermanas nsa de Italia, marzo 2015.
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