Había llevado a las mujeres de la cocina con sus trastos y a las monjas
al lugar donde los peregrinos reiniciaban la etapa siguiente y a
continuación regresé a Bougou donde tomé unas notas sobre la
peregrinación, recogí las cosas y me fui de nuevo al encuentro de los
peregrinos que tenían la intención de ir a saludar al obispo.
Llegamos al mismo tiempo y juntos
entramos en el corazón de la diócesis. Allí Mons. Viera nos recibió con
un despliegue de amabilidad, paternidad y religiosidad excelentes. Nos
bendijo a medida que íbamos entrando en el recinto y luego leyó y
comentó el Evangelio de las Bodas de Cana subrayando la intuición
femenina de María, su prevención y misericordia que preparaba la acción
poderosa y desbordante de Jesús.
Habían
preparado sillas para todos. Marcos y yo estábamos sentados en la última
fila escuchando las palabras del obispo y observando el recogimiento de
los peregrinos a pesar del cansancio después de haber recorrido a buen
paso alrededor de quince kilómetros.
Se
distribuyó bebida para todos y un panecillo de bizcocho. Mientras tanto
pude intercambiar unas frases con Monseñor Viera. Me interesé por su salud,
me dijo que se encontraba bien, gracias a Dios.
- Es
sorprendente contemplar una celebración semejante, comenté recordando
las dificultades por las que habían pasado nuestros predecesores en un
ambiente nada favorable e islamizado.
- ¡Ni se lo hubiesen podido imaginar los padres Mathieu, Mabon, Ramin…!, respondió monseñor.
- Me llamó
la atención la actitud recogida y fervorosa de la gente y me emocionó la
oración ante la imagen de la Virgen de Pelebina postrados y en
silencio, comenté.
- A menudo es el pueblo de Dios el que educa y alumbra a sus pastores.
- Cierto.
Siguió el ceremonial, los peregrinos se refugiaron a la sombra de
unos árboles preparándose para seguir su camino y yo recogí mis cosas,
el aparato de fotos y la mochila. Me despedí de Marcos y seguí mi
propia peregrinación por las estaciones donde residen mis hermanos
dispersos por los cuatro puntos cardinales.
Rafael Marco, sma.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario