LIBANO, EL PAIS DE LOS CEDROS
Articulo extraído y traducido del Boletín "Punto de Encuentro" del Consejo General de las Hermanas Misioneras nsa; nº 77, agosto 2015.
En abril de ésta año, he tenido la alegría de conocer el Medio Oriente, y visita las comunidades de nuestras Hermanas en Líbano.
Este país es un "pequeño resto" de cristianos en medio del Medio Oriente árabe, pero es donde hay una mayor cantidad de cristianos con respecto a los países vecinos.
Es un pequeño país con 4,5 millones de habitantes, y que geográficamente hablando presenta montañas cubiertas de nieve, playas magníficas, llanuras, bosques...
A través de los años, Líbano tuvo diversas guerras y conflictos.
Limitando con Siria al norte y al este, con Israel al sur, y con el Mar Mediterráneo al oeste, es actualmente el país que recibe aproximadamente dos millones de refugiados ( sobre todo de Siria, pero también de Irak, de Sudán y de Palestina.)
En nuestro Instituto hay 34 Hermanas libanesas y al momento de mi visita, 32 de ellas viven y trabajan en las seis comunidades nsa del Líbano. Hay una Hermana de Nigeria: Cynthia, que ha sido enviada a Líbano.
La preocupación de las Hermanas nsa libanesas es que son pocas las nsa libanesas enviadas a la misión ad extra y falta la riqueza de la internacionalidad en sus comunidades.
Fue conmovedor escuchar sus experiencias durante la guerra (la guerra civil de 1975 a 1990) y sus consecuencias y también, el aporte de las Hermanas en la construcción de la paz en el país. Educando por igual y recibiendo en las escuelas tanto a los cristianos y como a los druzos (dos grupos considerados enemigos). Recibir a los druzos en las escuelas, pese a todo lo que los cristianos sufrieron por su causa, fue un testimonio muy fuerte de perdón y de reconciliación. Es fácil imaginar cómo a través de la educación, las Hermanas contribuyen al diálogo interreligioso.
Actualmente, cuando el recuerdo de ésta guerra comenzaba a disminuír, los grandes conflictos que lo rodean y el flujo de millones de refugiados hacen que el país se encuentre nuevamente en una situación de tensión constante.
En medio de ésta situación, qué compromisos asumen las Hermanas nsa en Líbano?
Las grandes escuelas de Raouda y de Kab-Elias, como también en la pequeña escuela de Salima, se trata de ofrecer una educación de alto nivel y a un costo accesible. A través de las escuelas, las Hermanas educan más de 3500 jóvenes libaneses de diferentes credos.
En la pequeña comunidad de Kafaat, las Hermanas colaboran desde hace varios años, con una institución familiar privada, que ofrece servicios a los más pobres con problemas motores e intelectuales. La presencia de nuestras Hermanas viviendo en medio de éstas personas vulnerables, para compartir con ellos la alegría y la ternura es conmovedor y desafiante.
La comunidad situada más al sur es Lebaa, no lejos de Sidón y cerca de numerosos campos de refugiados Palestinos. Allí, las Hermanas aceptaron recientemente, la invitación para ayudar a la iglesia Católica Griega a abrir su escuela nuevamente, y comenzar el proceso de reconstrucción en la región. Esta escuela fue re-inaugurada en el 2014, y crece progresivamente.
Hay numerosos refugiados sirios en los alrededores de los pueblos viviendo en pequeños campos de refugiados, con niños que deambulan de un lado a otro.
Las Hermanas son conscientes de las numerosas necesidades sociales que tiene actualmente el país y están en el proceso de buscar la mejor manera en que ellas podrían responder a éstos desafíos. Esto no es fácil en el contexto libanés, donde el gobierno mantiene un control estricto de los servicios que se brindan a las poblaciones de refugiados.
(Continúa)
Hna. Mary T. Barron, Primera Consejera General.
En nuestro Instituto hay 34 Hermanas libanesas y al momento de mi visita, 32 de ellas viven y trabajan en las seis comunidades nsa del Líbano. Hay una Hermana de Nigeria: Cynthia, que ha sido enviada a Líbano.
La preocupación de las Hermanas nsa libanesas es que son pocas las nsa libanesas enviadas a la misión ad extra y falta la riqueza de la internacionalidad en sus comunidades.
Fue conmovedor escuchar sus experiencias durante la guerra (la guerra civil de 1975 a 1990) y sus consecuencias y también, el aporte de las Hermanas en la construcción de la paz en el país. Educando por igual y recibiendo en las escuelas tanto a los cristianos y como a los druzos (dos grupos considerados enemigos). Recibir a los druzos en las escuelas, pese a todo lo que los cristianos sufrieron por su causa, fue un testimonio muy fuerte de perdón y de reconciliación. Es fácil imaginar cómo a través de la educación, las Hermanas contribuyen al diálogo interreligioso.
Actualmente, cuando el recuerdo de ésta guerra comenzaba a disminuír, los grandes conflictos que lo rodean y el flujo de millones de refugiados hacen que el país se encuentre nuevamente en una situación de tensión constante.
En medio de ésta situación, qué compromisos asumen las Hermanas nsa en Líbano?
Las grandes escuelas de Raouda y de Kab-Elias, como también en la pequeña escuela de Salima, se trata de ofrecer una educación de alto nivel y a un costo accesible. A través de las escuelas, las Hermanas educan más de 3500 jóvenes libaneses de diferentes credos.
En la pequeña comunidad de Kafaat, las Hermanas colaboran desde hace varios años, con una institución familiar privada, que ofrece servicios a los más pobres con problemas motores e intelectuales. La presencia de nuestras Hermanas viviendo en medio de éstas personas vulnerables, para compartir con ellos la alegría y la ternura es conmovedor y desafiante.
La comunidad situada más al sur es Lebaa, no lejos de Sidón y cerca de numerosos campos de refugiados Palestinos. Allí, las Hermanas aceptaron recientemente, la invitación para ayudar a la iglesia Católica Griega a abrir su escuela nuevamente, y comenzar el proceso de reconstrucción en la región. Esta escuela fue re-inaugurada en el 2014, y crece progresivamente.
Hay numerosos refugiados sirios en los alrededores de los pueblos viviendo en pequeños campos de refugiados, con niños que deambulan de un lado a otro.
Las Hermanas son conscientes de las numerosas necesidades sociales que tiene actualmente el país y están en el proceso de buscar la mejor manera en que ellas podrían responder a éstos desafíos. Esto no es fácil en el contexto libanés, donde el gobierno mantiene un control estricto de los servicios que se brindan a las poblaciones de refugiados.
(Continúa)
Hna. Mary T. Barron, Primera Consejera General.
Articulo extraído y traducido del Boletín "Punto de Encuentro" del Consejo General de las Hermanas Misioneras nsa; nº 77, agosto 2015.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario