miércoles, 26 de octubre de 2016

EL OBISPO DE BOSSANGOA, CENTROAFRICA, DE VISITA EN LYON.

Monseñor Nestor Désiré NONGO-AZIAGBIA de las Misiones Africanas, obispo de Bossangoa en Africa Central, vino a visitarnos en la comunidad de "150", aprovechamos la ocasión para pedirle que nos de "las novedades", tal como se acostumbra hacer en Africa.
 A nivel institucional Africa Central logró dar un gran paso con la elección del nuevo presidente Faustin-Archange Touadéra, la organización del gobierno y del parlamento. A ese nivel, podemos decir que pasamos de un estado de transición a un estado constitucional establecido.
El nuevo gobierno está imprimiendo sus marcas sobre el país tratando de relanzarlo, aunque todo es muy aleatorio porque el gobierno todavía no tiene el manejo de la totalidad del territorio nacional. Aún quedan muchos grupos armados que operan en zonas que están bajo su control.
Hacia el Este, el país está repartido entre los grupos de "la Resistencia del Señor", de Joseph Kony, y el resto del territorio, está dividido entre los diferentes movimientos ex-séléka y los anti-balaka, y los RJ (Revolución por la Justicia). A veces hay alianzas de conveniencia entre esos diferentes movimientos, pero sólo para extorsionar recordando que ellos pueden saquear y así asegurar su dominio sobre esos territorios que están bajo su control.
La situación difiere de una región a otra, ciertas poblaciones sufren mucho más del control de los movimientos rebeldes y grupos armados. 

Bangui está situado en el sur y hacia centro del país. En la misma ciudad de Bangui, se sigue hablando de un enclave islámico en el kilómetro cinco. No hablaré, en lo que me concierne, de un enclave islámico porque la misma población musulmana de ese inmenso barrio de Bangui, es tomada prisionera por los grupos armados que imponen su ley, los comerciantes musulmanes, en su mayoría chadianos y muchos de centroafricanos, no pueden ejercer libremente porque esos señores de la guerra establecidos allí en ese barrio, obligan a pagar importantes tasas a los comerciantes, lo que no aprovecha ni al Estado ni al gobierno.
Los que no están armados, sufren la ley de aquellos que tienen armas, musulmanes o no.

En la ciudad de Bossangoa, están los anti-balaka. Saliendo de Bossango y dirigiéndose hacia el norte, encontramos a los RJ y a los ex-séléka, el movimiento que depende de un tal general Al Kathim.
También hay otra  facción de un general, un mercenario nigeriano que se estableció más el Este. El dice proteger al pueblo Peul (nómades), pero la realidad es otra, porque los Peul son también estafados por los diversos movimientos ex-séléka, los RJ y por los anti-balaka.
La realidad es muy compleja.
Entre Bangui y Bossangoa, no hay barreras ilegales, ellas están regidas por las fuerzas de defensa nacional y la gendarmería.

La conferencia episcopal de Africa Central sigue muy de cerca la situación social y de seguridad en el país. De manera general, tenemos dos conferencias por año, en enero y en junio.
La conferencia del mes de enero nos permitió expresarnos sobre la situación del país y hacer una declaración.La de junio está orientada hacia la formación de los obispos. Desde la última elección, no hemos realizado ninguna declaración, la última era para invitar a la población a tomar conciencia en la importancia de las elecciones y elegir al hombre o a la mujer que pueda sacar al país de semejante crisis. 
Ciertamente hay otros desafíos sobre los que nos expresaremos en nuestra próxima conferencia episcopal en enero. El país cuenta con nueve diócesis y nueve obispos, entre los cuales, 4 son centroafricanos, 1 ganeano y 4 occidentales.

La situación general de la diócesis de Bossangoa está mucho mejor con respecto a los inicios de la crisis. Los desplazados que se encontraban en el obispado de Bossangoa regresaron a sus hogares, aunque todavía quedan algunos desplazados en Batangafo, en el noreste de la diócesis, y en Bouka al oeste. 
En lo referente a seguridad, la diócesis está repartida entre diferentes grupos armados, al Sur, están ante todo los anti-balaka; al Este, los ex-séléka, y al Norte, los RJ. Entre los diferentes grupos armados, a veces hay acuerdos cirunstanciales, para atacar a los Peuls y robarles sus bueyes. La armada centroafricana está todavía bajo el embargo de las Naciones Unidas, la seguridad del país está asegurada por los Fuerzas de las Naciones Unidas, los Cascos Azules
 La mayor preocupación, actualemente, es el desarme, paradoxalmente, no hay ninguna programa concerniendo el desarme de los grupos armados; de modo que éstos son libres de hacer lo que quieren.

Concerniendo mi diócesis, he logrado relanzar todas las parroquias, a excepción de una parroquia que era de los Capuchinos, pues las infraestructuras fueron totalmente saqueadas, vandalizadas. Por eso, ella quedó bajo la administración del párroco vecino. Relanzamos las diferentes actividades, la formación de catequistas, el acompañamiento de los diversos movimientos y fraternidades diocesanas. La pastoral social en el área de la salud y la educación, también pudieron ponerse en marcha.
En algunas partes, es necesario rehabilitar las infraestructuras, por ejemplo: varios centros de salud, algunas escuelas...
En tanto que presidente electoral del comitñe de cohesión social, mantengo un contacto asiduo con la población de la diócesis. Las grandes necesidades expresadas por éste pueblo, se refieren principalmente al área de la formación profesional. Con CARITAS y la comisión de Justicia y Paz, se trató de poner en marcha algunos programas, ciertos proyectos con el apoyo de nuestros Hermanos de las Misiones Africanas (sma) de Lyon, de Strasbourg y de Irlanda, con la Provincia de los Capuchinos de Francia. Así, pudimos relanzar la carpintería, y tenemos en proyecto, un taller de mecánica.
Hay un centro de formación en informática que se está construyendo, esperamos obtener ayuda financiera para poder equiparlo. CARITAS apoya los grupos, con la ayuda de un joven voluntario irlandés, hemos podido obtener un poco de dinero para ayudar algunas familias a reconstruir sus casas. Hay un proyecto para acompañar a las mujeres en la fabricación de jabones, costura, elaboración de manteca de carité, etc. Pero todos éstos proyectos necesitan ser financiados.

Estoy de visita en Europa para dar a conocer todas éstas necesidades y proyectos, de manera a solicitar la generosidad de nuestros amigos, para sostener los esfuerzos que hacemos en la diócesis.
La solidaridad no es sólo una palabra. De nuestra parte, en Bossangoa, agradecemos los pequeños gestos que se hacen cada día para sostener los esfuerzos que van surgiendo. 
Quienes benefician de ésta generosidad solidaria, son muy felices, y a través de mi voz, expresan su agradecimiento. 

                      Reportaje realizado por el Padre Gérard Sagnol, sma

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