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La misa solemne comenzó con un canto al Espíritu Santo. El Padre Mick, durante la homilía, invitó a a "recordar y ser agradecido por el pasado y confiar en Dios, todo lo referente al mañana, siguiendo siempre las intuiciones del Espíritu Santo, y volviendo una y otra vez, al propio Cenáculo interior." Un excelente consejo!
Luego, la atención se fijó sobre las primeras Hermanas que trasformaron la fe en obras vivas.
La Hna. Deanna, con su mentalidad práctica, se ocupaba del dispensario; mejoró las estructuras, y organizó la formación de las enfermeras auxiliares, sin nunca descuidar la relación con los pacientes.
La Hna. Mairead, se ocupó de la pastoral. En su bicicleta comenzó a visitar las familias y las aldeas vecinas. Enseñó catequesis en la escuela primaria y participaba activamente en los encuentros de oración.
La Hna. Sally llegó al año siguiente y enseñó matemáticas en la escuela secundaria diocesana; fue una gran promotora de fiestas, danzas, y se destacaba por su capacidad de acogida.
El canto final: "Asante Mama Maria" (Gracias, Madre María) fue una manera de agradecer a las primeras Hermanas que fundaron la misión nsa en Mwamapalala y de confiar la continuación a María Santísima.
La fiesta se continuó con un magnífico almuerzo, del que participaron todos los presentes; un verdadero signo de la unidad, alegría y vitalidad de ésta misión, que son los frutos de la gracia de 25 años de fidelidad y amor hacia los más pobres!
Y la misión continúa!..
Artículo traducido de la revista de las Hnas. nsa de Italia: "Regina Apostolorum", septiembre 2016.
La ciudad de Mwamapalala estuvo de fiesta: celebró los 25 años de presencia de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles.
Las Hermanas estuvieron de festejos toda la semana, hasta el viernes 13 de mayo, día en que hace 25 años, llegaron las primeras Hermanas nsa a Tanzania.
Eran las Hermanas Mairead Hickey y Deanna Donohue.
Se dice que el Padre Dick Kelleher, sma, que en ese momento era el párroco, fue una y otra vez al convento de Ardfoyle, en Cork (Irlanda), pidiendo a las Hermanas que funden una misión en Tanzania.
Finalmente su pedido fue escuchado y él mismo, junto con uno de sus Hermanos, fue a recibir a las Hermanas en el aeropuerto de Mwanza.
La casa donde debían vivir ya estaba lista y sólo faltaban las Hermanas!
Apenas llegadas a la casa, en la pequeña capilla, las Hermanas recibieron un símbolo que las llenó de coraje: el Nuevo Testamento escrito en lengua swahili; en la primera hoja, los Padres sma, habían escrito sus augurios en distintos idiomas: inglés, swahili, gálico!
Un recuerdo simple, pero muy importante, que nos muestra los inicios de una misión marcada por la alegría de la fe.
Las hermanas se prepararon para la fiesta, pintando la casa, especialmente, la capilla; y con un buen almuerzo festivo, que prepararon junto con Norbert, el cocinero.
El Padre Kelleher, ex párroco de Mwamapalala, y algunos de sus Hermanos sma de Sayu-Sayu, no podían asistir el 13, así que los festejos ya comenzaron desde el 12 de mayo.
En la Misa de acción de gracias, estaban presentes la Hna. Kathleen Mc Garvey, Provincial de Irlanda, la Hna. Filomena, las Hnas. de la comunidad de Bugisi y otras religiosas. El Padre Mick McKee, sma, era el celebrante principal y llegó acompañado de su Hermano sma, el Padre Jean François, de Canadá. Un grupo realmente cosmopolita que se dió cita en la capilla: Irlanda, Tanzania, Gana, Canadá, Nigeria, Burkina Faso son los países de procedencia de las Hermanas nsa y los Padres sma. El director de la escuela secundaria y numerosos colaboradores y amigos de las Hermanas, también se sumaron a la fiesta.
La misa solemne comenzó con un canto al Espíritu Santo. El Padre Mick, durante la homilía, invitó a a "recordar y ser agradecido por el pasado y confiar en Dios, todo lo referente al mañana, siguiendo siempre las intuiciones del Espíritu Santo, y volviendo una y otra vez, al propio Cenáculo interior." Un excelente consejo!
Luego, la atención se fijó sobre las primeras Hermanas que trasformaron la fe en obras vivas.
La Hna. Deanna, con su mentalidad práctica, se ocupaba del dispensario; mejoró las estructuras, y organizó la formación de las enfermeras auxiliares, sin nunca descuidar la relación con los pacientes.
La Hna. Mairead, se ocupó de la pastoral. En su bicicleta comenzó a visitar las familias y las aldeas vecinas. Enseñó catequesis en la escuela primaria y participaba activamente en los encuentros de oración.
La Hna. Sally llegó al año siguiente y enseñó matemáticas en la escuela secundaria diocesana; fue una gran promotora de fiestas, danzas, y se destacaba por su capacidad de acogida.
El canto final: "Asante Mama Maria" (Gracias, Madre María) fue una manera de agradecer a las primeras Hermanas que fundaron la misión nsa en Mwamapalala y de confiar la continuación a María Santísima.
La fiesta se continuó con un magnífico almuerzo, del que participaron todos los presentes; un verdadero signo de la unidad, alegría y vitalidad de ésta misión, que son los frutos de la gracia de 25 años de fidelidad y amor hacia los más pobres!
Y la misión continúa!..
Artículo traducido de la revista de las Hnas. nsa de Italia: "Regina Apostolorum", septiembre 2016.
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