sábado, 21 de enero de 2017

DIARIO DE A BORDO: LIBERIA.


Una vez cumplidas las formalidades, fuimos en dirección del Comté de Bomi, en Tubmanburg, a lo del Padre Gareth Jenkins, una destacada figura de la sma en Liberia, él vivió con coraje la guerra civil (fue tomado como prisionero más de un mes), y tambien la epidemia de Ébola. Llegó a Liberia en 1971 y desde entonces, permanece activo sobre el terreno. Él es una memoria viva de esas dos tragedias que sacudieron a todo el país.
  
Una acogida cálida, como si se tratase de un re encuentro, pero en realidad, no nos conocíamos. 
Garry (la gente lo llama así cariñosamente) está feliz que los periodistas se interesen en la situación del país, ya que los medias lo ignoran. 
Qué decir de un país que intenta ponerse de pié después de dos grandes y pesadas pruebas?

No sentimos ninguna agresividad ni desconfianza hacia los extranjeros, la gente nos saluda amablemente y los niños sonríen y juegan. Mientras esperábamos en el banco, llegó una abuela con su pequeña nieta, curiosa de todo lo que la rodea y cuando le tendí mis brazos, ella no dudó en venir conmigo.

Aquí no siento la hiperactividad de las otras grandes ciudades africanas que conozco. En las calles, con excepción, tal vez, de los taxistas, la gente nos cede el paso, pese a la gran cantidad de vehículos.

En el camino, necesitábamos comprar frutas, así que paramos en un puesto, pero no había nadie para vender, así que tuvimos que buscar al vendedor; mientras que en otras partes de Africa, apenas te detienes, llega una nube de pequeños vendedores que te rodean y no te dejan en paz.

Bomi es una región montañosa de suelo rico en mineral de hierro. Visitamos las usinas de una vieja minera, que la naturaleza está destruyendo.
En los años ´70, fué la más grande usina de extracción del mineral, en Africa del Oeste, la guerra la arruinó y los edificios sirvieron de guarnición. 
Antes de la guerra, era una región floreciente. 
Hubo una nueva tentativa justo antes de la epidemia de Ébola, pero ahora la usina está allí, inactiva. 
La guerra y el Ébola, mataron al país. 
Todavía cruzamos varios vehículos de la ONU, mientras oficialmente, su función de seguridad, ya terminó. Pero su retirada traeríá una caída significativa de los recursos para ésta poblaciones que viven de pequeños comercios. Esto crearía un nuevo desequilibrio, por eso, su presencia visible, es todavía importante.

El padre Gareth es incansable, su presencia no es trivial. Es un ex militar, y supo sobrepasar las situaciones más dramáticas.
A comienzos de la rebelión, la misión no estaba cercada. Le sugirieron construír un muro de seguridad. "Si ellos atacan, no podré huír!", contestó el Padre.
Fue raptado por los rebeldes y lo llevaron a Guinea. 

Detrás de la misión, donde se destaca una cruz blanca, es el lugar donde están enterrados 225 niños que durante la rebelión, murieron de hambre. Los rebeldes habían reunido a las mujeres y a los niños en el terreno de la misión. Gareth, que había ido a buscar víveres, no pudo regresar. Es un lugar que guarda el recuerdo de terribles atrocidades.

Durante la rebelión, Gareth no tuvo miedo de los rebeldes, ni de las bombas que caían cerca, pero él conoció el miedo con la epidemia de Ébola.
Es un enemigo invisible, y sobre todo, nos aleja de los seres queridos, y también, nosotros mismos podemos volvernos una amenaza para ellos. 
Tuvo que hacer contruír una barrera alrededor del edificio, pues los enfermos rechazados de todas partes, venían a la misión. Como no contaban con equipos de protección, no podía permitirles que se acerquen, por temor a que contaminen a todos los demás. La más mínima fiebre, era sospechosa, aún sí sólo de trataba de paludismo.

Hemos pasado horas y horas escuchándolo, llenos de emoción. Hemos recogido más de 200 rushes (breves secuencias de video), a visualizar, clasificar y organizar para tener el material de montaje para nuestro documental.

El calor extremo nos aplasta, es un sauna permanente, literalmente, me derrito. 

Usamos un grupo electrógeno, hay que calcular bien el tiempo necesario para cargar la batería de nuestro material e instrumentos de manera a no ser sorprendidos.


Sin duda, ustedes se preguntan cómo me las arreglo con el inglés, es verdad que el primer día no lo necesité, ya que todos los misioneros hablaban francés, pero en lo de Garry, es otra cosa. 
Con mi inglés de Oxford, a veces me cuesta entender todo, así que Joseph es de gran ayuda, y completa mis lagunas. Es él quien realiza las entrevistas, yo soy el camarógrafo.

Hoy lunes, retornamos a Monrovia, para encontrarnos con una Religiosa del hospital, muy activa durante el Ébola, y también visitaremos al obispo de la diócesis. 

Temo haberme extendido demasiado, pero hay tantas cosas para compartir!

Gracias a todos los que se comunicaron, y nos animaron. Trataré de responderles individualmente.

Buena semana para todos!

                                             Gérard Sagnol, sma

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