LA HERMANA GIOVANNA FUSI, CUENTA LOS INICIOS DE LA PROVINCIA DE ITALIA.
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Hacía dos meses que había regresado de Egipto. En
ese tiempo, había tratado de conocer a las Hermanas y me ayudó mucho el saber
que todos oraban fervientemente por la naciente Provincia. Todas estábamos muy entusiasmadas.
Entonces, el 28 de agosto, después de la celebración Eucarística, cargamos la camioneta de Bardello, la "famosa 600", con la Hna. Pia al volante, fuimos a buscar a la Hna. Luz en Valmadrera. La hermana Luz había dejado la comunidad de Marino y estaba descansando unos días, en casa de su familia.
Valmadrera-Milán, el trayecto me pareció muy largo...pero el entusiasmo comunicativo de la Hermana Luz, y el sabernos esperadas por el cura párroco de la Parroquia del Sagrado Corazón, de la calle Carlo Parea, me dio coraje.
El Padre Aldo Gessaga, nativo de Bardello, era el cura párroco. Nos recibió con alegría y abrió el departamento y la casa contigua. Unos
meses antes, las Hermanas llamadas "de la Infancia Abandonada" se habían
ido, dejando para quienes que las reemplazaban, el "dulce
esfuerzo" de limpiar y ordenar.
Al día siguiente
estábamos listas para aceptar el pedido del párroco: abrir
una guardería a principios de septiembre.
Fueron
meses difíciles: tuvimos que conciliar nuestras ocupaciones: la
organización de la Provincia sobre todo, con la guardería, la parroquia,
etc. ... para estar siempre disponibles a los pedidos del párroco: nos
había dado hospitalidad: ¡se le debía obediencia!
Más tarde se sumaron la Hna. Tarcisia Arienti y la Hna. Luigia Gervasoni: la primera como cocinera del jardín de infantes y la segunda para ayudar en clase.
La Hna. Onora Del Corso, Consejera General, aunque
residente en Francia, siguió a la naciente Provincia con mucho amor y
prudencia.
La Hna. Pascal Marini, superiora en Bardello, fue nuestra providencia. Pero también las comunidades de Valmadrera, Comerio, Génova, Porlezza contribuyeron "a armar una casa" con las cosas necesarias. La oración nos mantenía unidas, y en los momentos de mayor dificultad, sentíamos la ayuda del Señor.
Todavía tengo muchas cosas que decir sobre este "comienzo pobre y para nada fácil"; todo
ha sido permitido por Dios para que su Gloria y poder se manifiesten a
través de nuestra pequeñez: una cosa es cierta: su Gracia nunca ha
fallado y nos ha dado la fuerza para enfrentar, día tras día, las
alegrías y las cruces que acompañan toda realidad humana, eclesial y social.
Veinte años más
tarde veo cómo su Sabiduría ha guiado nuestro camino: lo bendigo y le
agradezco porque la "semilla" puesta en tierra en un gozoso
sufrimiento, ha dado y da sus frutos allí donde una Hermana N.S.A. trabaja y "se entrega".
Artículo traducido de la revista "Il Ponte" n| 1, febrero 2018, de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles (nsa) de la Provincia de Italia.
Artículo traducido de la revista "Il Ponte" n| 1, febrero 2018, de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles (nsa) de la Provincia de Italia.
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