lunes, 31 de octubre de 2016

HNA. ROSARII O´SULLIVAN: RECUERDOS DE MISIÓN.

http://olaireland.ie/index.php/p/friday-focus/

La Hna. Rosarii O’Sullivan, de Athea, Co. Limerick ingresó en la Congregación de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles en 1944 y fue enviada de misión al Africa, para ejercer como profesora, en 1951.

Actualmente, la hna. Rosarii vive en la casa de descanso en Ardfoyle, y recuerda los 40 años de misión compartidos con los pueblos del norte de Nigeria,.
En su simple y humilde camino, la Hna. Rosarii resume la historia de su vida en dos palabras: "Gracias, Dios".

"La dicha estaba en estar vivo en cada amanecer, pero ser joven (y misionero!) es el Paraíso" ( con perdón de Wordsworth). Así es como me sentí el 21 de noviembre de 1951 cuando llegué a la comunidad nsa en de Lagos, Nigeria, donde las Hnas. de Nuestra Señora de los Apóstoles fueron las primeras misioneras que llegaron en 1873.

Así como los Apóstoles, cuando fueron llenos del fuego de Pentecostés, se transformaron de temerosos pescadores en intrépidos apóstoles de Jesucristo, del mismo modo, jóvenes mujeres de Francia, de Irlanda, respondieron a la urgente invitación de los primeros Padres de las Misiones Africanas: "En Lagos se muere, por lo tanto, que vengan pronto quienes desean llevar Jesús a las almas, y las almas a Jesús."
Algunos misioneros/misioneras sobrevivían unos pocos meses, o como máximo, dos años o dos años y medio viviendo en precarias cabañas de pescadores, que costituían un Paraíso para los mosquitos, y y como solía decir un cirujano británico, "el padre y la madre de todas las fiebres."

Durante el primer viaje de regreso a Irlanda, murió, en 1907, la Hermana Antonia Fuohy, de Abbeyfeale. Por otra parte, la Hermana Salese  (Ellen) Leahy, de Athea, trabajó en la misión de Lagos desde 1908 a 1935. Por supuesto que, tanto el descubrimiento de la quinina (medicamento usado para la prevención y el tratamiento de la malaria) como el comienzo de la educación cristiana, aportaron mejorías tanto en el área social como en la salud.

Mosquitos bailarines
Aún recuerdo muy bien mi primera noche en Lagos,  donde nos encontramos con otras dos Hermanas nsa y recorrimos nuestro camino durante la noche, en medio de una multitud de ojos brillantes, oscuridad, rostros amables, y un camión destartalado que trasladó nuestras cosas hasta el convento de Santa María en la calle Broad, Lagos.
Para mi gran alegría, esa noche, encontré a la Hna. Liam O´Sullivan. Hablamos hasta bien entrada la noche, compartiendo noticias de nuestras familias, bajo la luz tenue de la lámpara y pese al calor intenso, mientras los mosquitos zumbaban y danzaban alrededor nuestro.
Al día siguiente partimos 600 millas hacia el norte, a Kaduna, la capital del norte, donde yo permaneceré durante 30 años.
Kaduna, en ese entonces, ya era un mosaico de diversos grupos étnicos de diversos orígenes, religión, idioma y costumbres tribales muy distintas, que de alguna manera consiguieron vivir en armonía y en una paz relativa.
Luego llegué al colegio Sagrado Corazón, en Kaduna, uno de los primeros en formar maestros para el nivel primario. La Hna. Gregorio Dillon había sido la directora. Ella era de Abbeyfeale; una mujer de fe, de una visión amplia y mucho coraje. Bien antes del Concilio Vaticano II, declaró que "las escuelas no sólo sirven para formar jóvenes cristianos, sino también para elevar la dignidad humana y promover los derechos de cada persona." Nuestras Hermanas estaban comprometidas en programas de educación, especialmente para mujeres, de modo que se les ayudaba a tomar conciencia de sus capacidades y valor y les permitía expresar sus esperanzas y aspiraciones personales y sociales.

La rutina de cada día comenzaba a las 5:15 hs de la mañana, con la oración, luego, la Misa, ordenar el albergue, desayuno y las clases hasta las 14 hs. seguidas del almuerzo. Las tardes se dedicaban a juegos, deportes, scouts (Guías), bliblioteca, la Cruz Roja y otras actividades sociales. Todas las actividades buscaban construir las buenas relaciones interpersonales y el diálogo interreligioso.

Los sábados había prácticas para la enseñanza, apoyo escolar en ciencias, y la limpieza de la iglesia parroquial.
La Legión de María; el estudio de la Biblia; la visita a las familias, al hospital y a la prisión, formaban parte de las actividades de la escuela.

La vida podría ser demasiado dura, especialmente para las mujeres que pasaban muchas horas en el trabajo de la siembra y la cosecha, o, portando un bebé en sus espaldas, llevar pesadas cargas al mercado y luego regresar al hogar y pasar mucho tiempo preparando la comida para toda la gran familia -la vida y valores familiares eran siempre una prioridad.

Grandes elogios.
Permanecí seis años en el colegio Reina de los Apóstoles, en Kakuri, el primer colegio secundario para niñas en el norte de Nigeria.
Para preparar a las niñas a continuar con sus estudios secundarios, se construyó la escuela primara Santa Ana, y trabajamos arduamente para tener alumnas! La Hna. Philomena Woulfe, también de Athea, era la responsable del proyecto.
Una mañana ella encontró el dormitorio vacío y a las niñas, felices, caminando a lo largo de las vías del tren, regresando a casa. (En aquellos días, la educación de las niñas aún no estaba bien establecida). Se logró convencerlas para que regresen. Años más tarde, ellas fueron las primeras mujeres alfabetizadas y el núcleo de hogares cristianos.

Aún recuerdo a los seis hombres, Inspectores de Su Majestad, que durante tres días, inspeccionaron nuestros albergues, clases, actividades deportivas, y nuestras tareas administrativas. Su informe fue favorable y los resultados igualaron al senior de Cambridge.
El énfasis de la escuela en las actividades extra curriculares tales como debates, obras de teatro para Navidad, operetas, partidos de basquet y otros deportes, recibió grandes elogios.

Altos y bajos.
Otro de los eventos que fue celebrado con gran pompa fue la visita a Nigeria, de la Reina, en 1956. Y por supuesto, la Independencia, en 1960, fue un evento único y con una histórica celebración. La emoción, alegría, felicidad, el orgullo y la confianza en sí mismos, llenaba el ambiente- realmente, fueron momentos inolvidables.
Pero también tuvimos momentos tristes. Poco tiempo después, la Hna. Assumpta Cronin, originaria de las cercanías de Cork, falleció de meningitis. Uno de los huéspedes murió ahogado, y al mismo tiempo, recibí la noticia de la muerte de mi madre. Todo al mismo tiempo!

En tanto que misioneras, siempre estamos disponibles a ser enviadas donde hay mayor necesidad. Así que me encontré en camino hacia el colegio secundario Marymount, en Benin, en la región del Medio Oeste de Nigeria, donde permanecería por dos años en la educación y la formación de las jóvenes y de los niños. Con frecuencia era llamada a nuestro Colegio Normal de Akwanga, en el norte, para dar una mano en el colegio que estaba siendo modificado.
Este período coincidió con la guerra civil en Nigeria y fuimos privilegiadas de poder compartir lo poco que teníamos con las muchas necesidades en medicación, alimentos, y refugio, ya que la gente  huía de las carreteras y situaciones peligrosas.

Tuve el privilegio de participar desde 1975 a 1978, en la formación de las Hermanas de Nuesta Señora de Fátima- una Congregación nigeriana de Jos. Actualmente, ellas son una próspera Congregación comprometidas en la educación, el área de salud, y la pastoral en todo el norte de Nigeria.
Mi viaje continuaba, y ésta vez, fui enviada al Colegio Shendam, un colegio secundario femenino del gobierno, que estaba en sus inicios. El calor era agobiante. Los albergues eran casas en desuso, las aulas eran oficinas vacías! De a poco las cosas tomaban mejor forma, y fuimos ayudadas por muchos de los padres de las alumnas y esposos de ex alumnas que no habían olvidado nuestros métodos de misión efectivos y económicos.
Mientras tanto, el gobierno tomó a cargo todas las escuelas de la Misión, entonces, el colegio Reina de los Apóstoles pasó a ser el colegio Reina Amina. Yo estaba feliz de que una de mis ex alumnas fuese nombrada como directora del colegio.

Volví a Jos en 1981, cuando estaban en todos los preparativos para el Primer Congreso Eucarístico, en el que participarían los enviados Papales, la jerarquía eclesial, el clero, los religiosos y religiosas, y miles de laicos. El Congreso duraría tres días. Un año después, tuvimos una experiencia similar en Kaduna con la visita del Papa Juan Pablo II. Fue maravilloso estar allí, fueron días grandiosos!

Mi último servicio como profesora en Nigeria, fue en el Seminario Menor de Jos, con otras dos Hermanas nsa, preparando a los jóvenes varones aspirantes al sacerdocio- un gran privilegio.

Actualmente Nigeria tiene una Iglesia bien establecida y vibrante, con laicos dinámicos y numerosas vocaciones para la vida religiosa.

Así que, como Ulises, "soy parte de todo lo que conocí", enriquecida y dinamizada por ésta gente amable, alegre, amigable, generosa a pesar de su pobreza, paciente y esperanzada a pesar de las adversidades, y siempre llena de gratitud.

Al mirar hacia atrás y recordar todos éstos años, sólo puedo decir: "Gracias Señor!"

No hay comentarios.: